Una ciudad en Francia decidió sobrevivir sin publicidad en sus calles
«¡Grenoble se libera de la publicidad!» se puede leer en la página web de la alcaldía de la ciudad del sureste de Francia.
La exclamación se debe a la reciente decisión de reemplazar toda la publicidad de las calles por árboles y por tablones de anuncios de la comunidad.
El promotor de la iniciativa es el propio alcalde, Éric Piolle, del partido ecologista y de izquierda Les Verts (Los Verdes).
Y entrará en vigor el año próximo.
Entre enero y abril se retirarán 326 carteles publicitarios, incluyendo 64 vallas, y en lugar de estos se plantarán 50 árboles antes de primavera.
Para justificar la decisión, la alcaldía se apoya en las cifras de una encuesta sobre la percepción que los ciudadanos tienen de la publicidad.
Publicidad, «menos efectiva»
Concretamente, menciona el estudio Publicidad y sociedad, de 2013, realizada por la empresa de sondeos de opinión TNS Sofres en Francia.
Según éste, el 73% de los encuestados siente que la publicidad es «invasiva».
Además, argumenta que es cada vez menos efectiva. Así lo cree el 65% de los que participó en la encuesta. Y el 45% dice que tiene cada vez menos capacidad de convicción.
«Los responsables públicos tradicionales han quedado atrás en cuanto a las nuevas aspiraciones de los ciudadanos», señaló el alcalde al respecto, a través de un comunicado.
«Aunque la realidad ha cambiado tanto, se siguen manteniendo ciertos rasgos de la sociedad de consumo: la publicidad gráfica, los supermercados, los grandes proyectos innecesarios, etcétera», añadió.
«Es el momento de avanzar y de hacer emerger una ciudad más fresca y creativa. Una ciudad pensada a la medida de los niños, menos agresiva, menos estresante, al servicio de nuestra creatividad y de nuestra identidad».
Piolle asegura que «liberar el espacio público de Grenoble de los carteles publicitarios es un paso en esa dirección», ya que esto supondrá más espacio libre para que las asociaciones culturales y sociales de la ciudad para promover sus actividades en carteles y tablones.
Pérdidas para arcas municipales
La primera medida concreta ha sido no renovar el contrato al grupo francés JCDecaux, una de las mayores compañías publicitarias a nivel internacional.
«Lamentamos la decisión». Esa fue la reacción del director de Estrategia, Investigación y Marketing de JCDecaux Group Con, Albert Asseraf.
En declaraciones a la agencia de noticias France Presse, aseguró que la cancelación del contrato supondría a Grenoble ingresar US$745.500 menos en las arcas municipales.
«Y también priva a los ciudadanos de un servicio informativo», añadió.
Sin embargo, el alcalde negó que las pérdidas vayan a ascender hasta esa cifra.
De acuerdo a éste, ya que las tarifas de la publicidad tradicional son más baratas hoy que hace 10 años por la creciente competencia de internet, las arcas municipales perderán US$185.000.
BBC Mundo intentó hablar con Piolle para extender la explicación al respecto, pero le fue comunicado que éste no hará más comentarios.
Sao Paulo, la pionera
Piolle no es el primer alcalde con esta misión. En Estados Unidos, en ciudades como Nueva York también emprendieron acciones legales contra la publicidad que no esté dentro de la ley.
Y ocho años antes que el alcalde de Grenoble, en 2006, el de Sao Paulo, la ciudad más grande de Brasil, se puso un objetivo similar.
Gilberto Kassab promovió un proyecto de ley para prohibir la publicidad exterior en la ciudad y regular el tamaño de letreros y placas.
«Sé que se trata de un proyecto de ley radical, pero es emblemático. Es controvertido pero necesario para la ciudad», le dijo entonces a la BBC.
A 8 años de la denominada «Ley Ciudad Limpia», el aspecto de la mayor urbe brasileña ha cambiado considerablemente.
«El paisaje de Sao Paulo está menos contaminado visualmente. Se ha intentado revalorizar la construcción de espacios y no el uso de la ciudad meramente como soporte de comercialización de mercancías», le dice a BBC Mundo Fernando de Mello Franco, secretario Municipal de Desarrollo Urbano de la alcaldía de Sao Paulo.
En ese sentido, De Mello Franco explicó que en casos en los que la retirada de publicidad reveló la arquitectura original de la ciudad, con lo que, una vez que se retiraron las luces y los colores vibrantes de los anuncios, ahora se puede ver mejor el carácter único de la ciudad.
Y, según una encuesta publicada en 2011, el 70% de los habitantes de la ciudad brasileña consideraban la prohibición beneficiosa para la ciudad.