GAS NATURAL ¿QUÉ SIGUE?
Después de 14 años de vender gas a Brasil, Bolivia ya no posee las reservas que ostentaba a principios de siglo, los países de la región están en una intensa búsqueda de hidrocarburos y, tanto Brasil como Argentina, los actuales mercados del gas boliviano, tienen planes ambiciosos para alcanzar su soberanía energética. ¿Qué sigue para el gas natural boliviano?
Energy Press (Santa Cruz)
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El día en que Bolivia inició oficialmente la exportación de gas natural a Brasil, el frío y la lluvia estuvieron a punto de empañar la ceremonia de apertura de válvulas en la Planta de Río Grande. Corría el año de 1999 y, por delante, se venían dos décadas de envíos energéticos para abastecer gradualmente a las industrias de Sao Paulo, hasta llegar a los 30 millones de metros cúbicos de gas por día (MMmcd).
Ha pasado el tiempo y el país se enfila al último “cuarto de milla” para concluir el histórico contrato. En 2019, el país deberá estar en condiciones de renegociar precios y volúmenes, para proseguir con una relación comercial que sustenta cerca del 50% de los ingresos estatales por concepto de exportación.
Sin embargo, después de 14 años de vender gas a Brasil, el panorama energético ha cambiado. Bolivia ya no posee las reservas que ostentaba a principios de siglo, los países de la región están en una intensa búsqueda de hidrocarburos y, tanto Brasil como Argentina, los actuales mercados del gas boliviano, tienen planes ambiciosos para alcanzar su soberanía energética. ¿Qué sigue para el gas natural?
Competencia a la vista
Enrique Sira, director senior de Investigación para América Latina de IHS, cree que el 2019 puede constituirse en un “parte aguas” de la industria gasífera continental. “Ese año fenece el contrato de venta de gas boliviano a Brasil y ahí se evidenciarán los cambios estructurales en las fuentes de suministro con un nuevo balance para el Cono Sur”, sentencia.
Según el experto, tanto el gas boliviano como el Gas Natural Licuado (GNL) que se importa de otras latitudes pueden tener un peso diferente dentro de seis años. El off shore del Presal brasileño y el gas no convencional de la Cuenca Neuquina de Argentina serían los principales factores de cambio.
“El gas no convencional y el gas off shore son bastante competitivos comparados con el precio del gas boliviano”, afirma Sira. Los cálculos establecen que el precio promedio del gas no convencional rondaría los $us 7 por millón de BTU (MMBTU), versus los $us 10,59 por MMBTU con que actualmente se comercializa el gas boliviano.
“El gas no convencional y la producción de gas off shore en Brasil realmente tienen el potencial de cambiar dramáticamente el balance para los próximos 20 ó 25 años en el Cono Sur”, agrega Sira.
¿Efectos no deseados?
Con cerca de 774 billones de pies cúbicos de gas no convencional, según estimaciones del Departamento de Energía de Estados Unidos; la cuenca Neuquina de Argentina podría desplazar las importaciones argentinas de gas boliviano y de GNL
“Por los próximos cinco años, el gas boliviano seguirá siendo importante para Argentina, porque es la opción más barata y cómoda en este momento. Luego tendrá que competir con el gas no convencional”, sostiene Ernesto López Anadón, presidente del Instituto Argentino del Petróleo y Gas (IAPG).
En ese sentido, Carlos Portela, vicepresidente de Operaciones de Pluspetrol, compañía con fuerte énfasis en el desarrollo de no convencionales en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta, considera que el mercado a nivel mundial cambiará por completo. “Lo que los no convencionales están haciendo es una cosa de no creer”, asegura.
Del otro lado, el primer consumidor de gas boliviano, Brasil, también tiene su mira puesta en los hallazgos energéticos del Presal. Según la Agencia Nacional del Petróleo, el vecino país posee un potencial gasífero de hasta 500 billones de metros cúbicos. ¿Su desarrollo será cuestión de tiempo?
Paulo Cezar Aquino, gerente ejecutivo para América Latina del Área Internacional de Petrobras, piensa que tanto el Presal como los no convencionales representan una posibilidad de futuro “muy expresivo y con un potencial de desarrollo muy importante”. Sin embargo, el alto ejecutivo de la empresa que fue fundamental para gestar la exportación de gas boliviano a Brasil, hace más de 15 años, también cree que el país no perderá el mercado.
“Creo que Bolivia tiene una condición excepcional. La producción de gas boliviano es importantísima para Brasil. Ya tenemos una historia bien hecha, con buen aprendizaje. Para la segunda etapa existen lecciones aprendidas que pueden acelerar la conformación de un nuevo contrato (entre Bolivia y Brasil)”, dice.
¿Volúmenes y precios?
Aquino sostiene que los futuros volúmenes de gas a contratar dependerán de “la inversión exploratoria y del crecimiento de nuevas áreas descubiertas”, lo que implicaría que Bolivia tendría que acelerar su fase exploratoria.
En tal sentido, Álvaro Ríos, socio director de la consultora internacional Gas Energy, recomienda que, a la par de cerrar la brecha exploratoria de los últimos años, el país debe renegociar el contrato de venta de gas a Brasil inmediatamente, “porque ese contrato brindará a Bolivia un nuevo horizonte que estimulará la inversión en exploración”, una tarea que Bolivia debe agilizar.