DIARIO del Círculo Achocalla: Una historia que hace pensar: Tiempo=Dinero o Stress?

Ya en 1973 los sicólogos John Darley y Daniel Batson realizaron un experimento. Vale la pena de contarlo otra vez.

Estos profesores – en un día muy frío de invierno – dieron a unos estudiantes de teología la tarea de escribir un artículo sobre el Buen Samaritano. En medio del trabajo de los estudiantes, informaron que deberían continuar en otro edificio, y que se calificarían los artículos.

Entonces John Darley y Daniel Batson dividieron el grupo en dos, a uno de los grupos les pidieron presentar su trabajo en lapso de media hora y al otro grupo les dijeron que tomen su tiempo, que no tienen límite para terminar el trabajo.

Los estudiantes salieron del edificio, para ir a otro salón. Pero caminando una cuadra se encontraron con un actor, disfrazado de mendigo enfermo, que tosía constantemente. Puesto que era un día muy frío era obvio que necesitaba ayuda.

¿Y que pasó con los estudiantes de teología que estaban estudiando un texto sobre el buen samaritano?

Algunos preguntaron al mendigo si necesitaba ayuda y otros no. El factor decisivo era el factor tiempo. De los que estaban apurados solamente preguntaron 10%, mientras que aquellos que tenían tiempo 63%.

Y la conclusión: el capitalismo nos hace más egoístas. El capitalismo declaró el tiempo como bien económico. Famosa es la frase: Tiempo es dinero.

Hace más de un siglo, los economistas eficientes empezaron a medir cada movimiento de los trabajadores, para ver, dónde se puede ahorrar tiempo. Los trabajos se hacen cada vez más a destajo. El clima laboral se vuelve cada vez más acelerado, más estresante. Y este clima en los últimos cien años se trasladó a toda la vida. Si uno va de vacaciones, debe ser por algo útil para la cultura o para la salud o para entrenar tu cerebro o para algo. Nunca debes perder tiempo. El resultado es que, por ejemplo en Alemania, dos tercer partes de las personas sienten que les falta tiempo, y en los niños, esa sensación tienen es aún mayor, 75%. Los niños entonces están más estresados.

Esos datos coinciden, con las alarmantes cifras de enfermos de nervios, hasta llegar a extremos, como los burn out, que ya no pueden trabajar. Las cifras suben año tras año.

Una vez más: El capitalismo nos enferma, no es sostenible ni con la salud corporal, menos para la salud mental, ni que decir para el clima social.

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