¿Quién es Heloisa Primavera?

Socióloga – Bióloga – Economista

«Nosotros tratamos de ver la riqueza de una manera distinta, no relacionada con el dinero, que es un bien escaso, sino con la capacidad de las personas de hacer, producir o enseñar», se entusiasma la brasileña Heloísa Primavera (59, 4 hijas), creadora de la Red de Trueque Solidario, donde muchos argentinos cambian crisis por abundancia.
Bióloga y socióloga, residente en Argentina desde los años 70 («me casé tres veces, siempre con argentinos»), Primavera es todo menos una teórica. «A fines del 96 tuve que quedarme en cama por una operación. Y eso me permitió observar una serie de movimientos populares (como las marchas de silencio de María Soledad y del caso Carrasco), que mostraban una voluntad popular de cambio. Y como los sociólogos siempre estudiamos las cosas cuando ya están muertas, me propuse hacer lo contrario: quería conectarme con la gente y actuar»
Primavera encontró la oportunidad que buscaba cuando, a mediados del 97, pudo conectarse con los organizadores del Club de trueque de Bernal, por entonces una organización incipiente de ferias de intercambio. Y les ofreció sumar al cambio de productos, el trueque de conocimientos y capacitación.

Así contribuiría a la expansión de una red que hoy florece en más de 14 provincias argentinas, Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Ecuador y El Salvador. «Los organizadores se quejaban de que en las ferias surgían permanentes peleas y discusiones. Así que les propusimos una organización donde los asistentes asumieran roles rotativos, de modo que no disputaran el poder entre sí. Además, establecimos asambleas para que, antes de empezar, se conocieran y armaran nuevas redes de intercambio. A esto lo llamamos ‘reinventar el mercado», explica, como parada en un aula imaginaria.
Esta mujer brillante, pequeña, de manos siempre en movimiento, fue, además, una de las impulsoras del «dinero social» o «no-dinero» («créditos», «arbolitos», «ojitos», etc.) que hoy circulan en todas las ferias de trueque. «En los ‘nodos de trueque solidario no sólo nos oponemos a vender los bonos por dinero, sino que usamos el trueque para promover el desarrollo de las personas y de los grupos. Para nosotros lo que le da valor a los bonos no es imprimirlos en papel caro, con una marca de seguridad infrarroja, sino que uno sea confiable, que garantice que la semana que viene va a haber gente dispuesta a trocarte algo por ese papelito, aunque esté escrito a mano», dice enfática, sin ocultar el desencanto que la aleja de esta nueva práctica de comprar bonos con dinero, introducida en algunos nodos argentinos.
La pasión con que hace todo, es obvio, no la aprendió en las aulas. «Soy hija de un médico de pobres, de trueque, que recibía lo que la gente tiene y que no se puede medir con plata: gallinas y conservas. Y mi mamá era una equilibrista de circo que –además de animarme a tomar riesgos– , me enseñó a decir que no cuando algo no me gustara». Pero Primavera ha tenido, además, maestros inolvidables para Latinoamérica, como Paulo Freire, Humberto Maturana o el antropólogo Darcy Ribeiro. «Estuve en las primeras cuadrillas de alfabetizadores populares de Freire. Y creo que en esas favelas buscábamos lo que hoy buscamos en el trueque: la sabiduría de la gente, la manera de descubrir lo que cada uno no sabe que sabe, para que lo pueda utilizar».
Imparable, casi, su último proyecto nació cuando los acontecimientos del 20 de diciembre la convencieron de que estaba ante una nueva oportunidad histórica. La «Acción de la ciudadanía contra el hambre y el desempleo» –que está a punto de lanzar junto a las autoridades de la Asociación Cristiana de Jóvenes– evoca las organizaciones de ciudadanos que inventara Betinho, un sociólogo brasilero, a comienzos de los 90. «‘Cada uno de nosotros es responsable de los hambrientos con que tropieza cada día, decía Betinho. ‘¡No vaya con su partido político: sólo júntese con quien quiera y ayude a quien quiera, pero haga algo!. Nosotros tenemos que juntarnos así, para eliminar el hambre, que es injustificable en países ricos como los nuestros».
Primavera abriga, en el fondo, un viejo sueño acuñado en sus épocas de dirigente estudiantil: «Podemos dejar las soluciones siempre en manos de otros. O romper el poder en mil pedazos y esparcirlo por ahí, para que lo usemos todos. En vez del modelo mafioso de concentración del poder, usemos el modelo femenino del guiso: hay una papa y un poco de carne. ¡Pueden comer muchísimas personas!»

http://www.heloisaprimavera.com.ar/

Red Latinomericana de Socioeconomia Solidaria http://redlases.wordpress.com/

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