Las energías renovables invaden Estados Unidos

El presidente estadounidense Barak Obama llegó a la Casa Blanca en 2008 prometiendo fuertes medidas de apoyo a las nuevas energías. Así que ahora no hay Estado de la Unión donde no haya firmas españolas construyendo o promoviendo parques solares o eólicos, o fabricando aerogeneradores o módulos fotovoltaicos. Ahí están Iberdrola, Acciona, Gamesa, Abengoa, Gestamp, T Solar, Isofoton, Sener, Elecnor, Enertis, Quantum…

 

El País (España) /

 

Fernando Barciela – “En renovables, la marca España sí que funciona”, afirma Tomás Díaz, de UNEF, la patronal fotovoltaica, refiriéndose al mercado de EEUU, sobre el que las empresas españolas del sector se han lanzado en bloque. Parafraseando lo de que “no hay mal que por bien no venga”, decenas de promotoras o fabricantes, nacidos al calor del boom de las renovables en España, no tuvieron más remedio, ante el parón del sector, que lanzarse al exterior.

“Estaba claro que había un cambio de ciclo y había que buscar otros sitios”, apunta Lars Peter, de T Solar, que construye dos parques, en California y Puerto Rico, con 55 megavatios y un coste de 160 millones de dólares.

No fue casual elegir EE UU. Barak Obama ganaba sus primeras elecciones justo cuando el Gobierno decidía frenar en España las inversiones en el sector. El presidente llegó a la Casa Blanca en 2008 prometiendo fuertes medidas de apoyo a las nuevas energías. Así que ahora no hay Estado de la Unión donde no haya firmas españolas construyendo o promoviendo parques solares o eólicos, o fabricando aerogeneradores o módulos fotovoltaicos. Ahí están Iberdrola, Acciona, Gamesa, Abengoa, Gestamp, T Solar, Isofoton, Sener, Elecnor, Enertis, Quantum… Y no están de modo testimonial. Iberdrola, con unos 30 parques eólicos, es el segundo operador del país. Otro dato: de las cinco plantas termosolares más grandes en construcción, tres son españolas, de Abengoa y ACS.

Iberdrola, que desembarcó en 2006 comprando empresas locales e integrando la filial de Scottish Power (PPM), gestiona 5.700 megavatios, el 10% del total del país. Allí tiene, además, su parque más grande, en Tejas, con 170 aerogeneradores. Martín Múgica, director de la división en EE UU, explica que la empresa “creció tan rápido porque había muchas oportunidades y, además, la Administración Obama sí facilitó la regulación, antes más compleja”.

EE UU sigue siendo, en lo de la electricidad, un mercado bizantino. Y, pese a las expectativas, el recorrido de las renovables ahí no ha estado exento de sobresaltos. Washington ha fijado un sistema de incentivos mediante deducciones fiscales, los Production Tax Credits (PTC), pero son los Estados los que deciden si quieren o no renovables y qué modelo adoptan. El más ambicioso es California, en solar y eólica, con un objetivo del 33%, cupos para las eléctricas y penalizaciones si no los cumplen. Otros que empiezan a tirar en fotovoltaica son los de la región del Sun Belt (Arizona, Colorado, Nuevo México), “con unos niveles de radiación muy superiores a los de España”, según Mercedes Sierra, responsable de Organización en Sener. Otro problema es que, al contrario de España, donde hay primas fijas para cada energía (eólica, fotovoltaica…), en EE UU, los productores tienen que negociar con una eléctrica la venta de su electricidad a un precio determinado a través de un contrato llamado Power Purchasing Agreement (PPA).

Gestamp Wind, con cuatro parques eólicos en Nebraska, Maryland y Puerto Rico (176 megavatios), tiene otros dos en proyecto, mucho más grandes, en Oklahoma (764 megavatios) y en Indiana (340). “Pese a que tenemos las autorizaciones y las interconexiones”, explica Javier Mateache, consejero delegado de Gestamp Wind USA, “no podemos construirlos hasta que no firmemos un PPA”. Lo mismo le pasa a Gestamp Solar, con parques en California y que tiene en proyecto otros 570 megavatios, que aún no disponen del PPA. “Tardaremos cuatro años en darles salida”, dice Jorge Barredo, su consejero delegado. ¿Ventajas? Que, al contrario de España, allí los operadores pueden vender la electricidad a cualquiera. “Nuestros clientes”, explica Mateache, “son las eléctricas, los Ayuntamientos, las universidades o las empresas”.

La oposición de los congresistas de los Estados con intereses en combustibles fósiles en particular, no ha puesto las cosas fáciles a las renovables. La solar tiene deducciones fiscales hasta 2016, pero, en la eólica, los PTC terminaban este año, y solo el día 31, cuando se evitó el llamado abismo fiscal, se prorrogó su vigencia hasta 2013. El temor a un abismo del viento llevó a acelerar la construcción de parques en 2012. “Se añadieron”, dice Múgica, “13.200 megavatios, el mayor aumento desde siempre”. El problema, explican en Gamesa, “es que, al no saber qué iba a pasar, se pararon muchos proyectos, y ahora no hay tiempo para hacerlos hasta final de año, lo que provocará una caída de la nueva potencia en 2013 con respecto al año pasado”.

Y esto no es todo. EE UU, que era importador neto, ahora rebosa energía. El aumento de la producción de gas, por el boom del shale gas, ha hundido los precios, que ahora, asegura Mateache, “están cinco veces más baratos que en Europa y siete veces más que en Asia”. Como en muchos Estados no hay cupo para las renovables o una penalización por incumplimiento, la eólica y la fotovoltaica se resienten de esa competencia. Ello ha llevado a algunas firmas españolas a parar las inversiones, hasta que se aclare el panorama. Acciona, con 7 parques eólicos con 627 megavatios, una planta termosolar y una fábrica de aerogeneradores en Iowa, no ha programado inversiones en 2013.

José Castellanos, subdirector de Promoción de Elecnor, comenta que “miramos la posibilidad de promover allí parques fotovoltaicos, pero es un mercado complejo, con fuertes diferencias entre Estados y muy competitivo en precio”. Ahora construye parques solares para otras empresas en California, entre ellos, uno de 65 millones de dólares para Pacific Gas & Electric. En Sener, que trabaja en la planta de Mojave en California, esperaban más impulso de la Administración de Obama. “Abrimos la filial en 2008 para trabajar en renovables, pero ahora estamos en infraestructuras y queremos entrar en temas de espacio y naval”, explica Mercedes Sierra,

En Iberdrola no creen que el mercado de las renovables en EE UU esté en peligro. Sus bazas siguen siendo sólidas. Una de ellas, que el gas subirá de precio cuando empiece a exportarse por un gasoducto en México, en construcción. También en Gamesa, que ha vendido aerogeneradores con más de 3.000 megavatios, confían en que el mercado vuelva a recuperarse en 2014. La empresa, que obtiene el 24% de sus ingresos en EE UU, ha impulsado la exportación de aerogeneradores desde ahí hasta Canadá, México o Uruguay. Tampoco han mostrado intención de renunciar a sus proyectos americanos fabricantes como Isofoton, que acaba de abrir una planta de módulos solares en Ohio, o la burgalesa Quantum, que se ha instalado en Florida. “Habrá dos años de precios bajos, con cierta dificultad para cerrar contratos”, dice Mújica, de Iberdrola. Barredo, de Gestamp Solar, es optimista: “Quizá no sea un mercado muy interesante por rentabilidad, pero lo es por volumen, crecimiento o recurrencia. No puedes dejar de estar ahí”.

 

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