De las Fuerzas Armadas hacia las FUERZAS DEL VIVIR BIEN
Nro de publicación: 22
Bolivia es un Estado pacifista,
que promueve la cultura de la paz y el derecho a la paz,
así como la cooperación entre los pueblos de la región y del mundo,
a fin de contribuir al conocimiento mutuo,
al desarrollo equitativo y a la promoción de la interculturalidad,
con pleno respeto a la soberanía de los estados.
Constitución Política del Estado de Bolivia, Artículo 10
1. Nuestra propuesta: Fuerzas del Vivir Bien sin armas
Proponemos cambiar los objetivos de las Fuerzas Armadas existentes. Sugerimos transformar el ejército en Fuerzas del Vivir Bien que tengan como objetivo central apoyar en tareas civiles para que Bolivia pueda construir un futuro del Vivir Bien. Una tarea que todas y todos anhelamos y para la cual no necesitaremos armas.
Sabemos que esta es una propuesta audaz. En ninguna parte del mundo hay experiencias de una transformación de este tipo. Invitamos, pues, a los lectores a reflexionar sobre esta propuesta y queremos animar un diálogo amplio entre Estado, Fuerzas Armadas y sociedad civil para mejorarla.
2. Argumentos para la transformación
2.1. Seguridad
Hay argumentos sólidos que sostienen la idea que un Estado sin fuerzas armadas es un Estado más seguro que con fuerzas armadas. Parece una contradicción, pero miremos más a fondo. Para un país pequeño en población y rodeado de países más grandes y económicamente más fuertes, es casi imposible mantener un ejército que pueda garantizar la integridad nacional. A nuestro parecer, este es el caso de Bolivia. Nosotros no estamos en condiciones de competir con las fuerzas armadas de los países vecinos. Y una carrera armamentista significaría destinar todavía más recursos a las fuerzas armadas, lo que iría en desmedro de inversiones a favor del desarrollo social del país. En la disyuntiva entre tener fuerzas armadas relativamente débiles o no tener fuerzas armadas, parece más inteligente y seguro no tenerlas.
¿Por qué? Porque sin fuerzas armadas tendremos la fuerza de la moral y de la ética de nuestro lado. ¿Cuál país podría atreverse a atacar un país sin fuerzas armadas, declarado públicamente como país pacifista? Ninguno. La fuerza moral y ética y la solidaridad de las naciones estarían de antemano del lado del país sin fuerzas armadas.
Un ejemplo en América Latina es Costa Rica. Este país decidió abolir sus fuerzas armadas en el año 1946 y está viviendo bien con este estatus.
Pensamos que trabajando por la paz regional y mundial podemos garantizar mejor la seguridad nacional que preparándonos para la guerra.
2.2 Cultura
Las fuerzas armadas han sido traídas por los españoles. Es una herencia colonial. Los pueblos indígenas nunca formaron ejércitos profesionales o bandas mercenarias, porque en su forma de gobierno, regía la regla de la alternancia y de la rotación: la disipación de las energías sociales. Esto no permitía la formación de un ejército, porque una construcción así, precisa de la concentración del poder en una persona, durante un tiempo prolongado.
Para resolver sus conflictos, los pueblos indígenas practicaron rituales muy eficaces como el t’hinku y lo que los cronistas llamaron “guerras floridas”: confrontaciones, rituales y sobre todo simbólicas, para obligar a pactar al otro, a quien luego, incluían en una red social más amplia. Sobre la vida pacífica de nuestros antepasados, la arqueóloga Angélica Franz escribe lo siguiente:[1]
Caral está considerada como la ciudad más antigua de América (situada en el desierto a 170 km al norte de Lima). De 2600 hasta 2000 años antes de nuestra era vivían en esta ciudad más de 3000 personas. Al parecer eran hombres muy pacíficos, que tenían mucho sentido para la música. Los arqueólogos no encontraron ni armas, ni fortificaciones, pero un montón de quenas y cuernos para tocar música.
Y respecto a la cultura de Tiahuanaco escribe en el mismo artículo:
No está claro lo que mantenía unido al imperio de Tiahuanaco. Casi no hay indicios de conflictos militares. Posiblemente vivían en este tiempo políticos muy hábiles, que ligaban duraderamente a sus vasallos con contratos de comercio, con política de casamientos y promesas de carácter religioso.
Los Incas tenían la misma política. Era un imperio que tenía un pacto de reciprocidad con otros pueblos. Los Incas les garantizaron la paz social, la seguridad alimentaria y la posibilidad de seguir viviendo según sus usos y costumbres, a cambio de una integración política. Sin embargo hay que mencionar que al final de su imperio los Inkas fueron claramente expansionistas y usaron la fuerza bruta.
2.3. Prestigio internacional
Si Bolivia transformara sus Fuerzas Armadas en Fuerzas del Vivir Bien, le traería un prestigio internacional de gran magnitud. Ya el liderazgo global en la defensa de los derechos de la Madre Tierra, que implica el tránsito de una visión antropocéntrica a una comprensión biocéntrica de la sociedad humana, nos ha dado mucho prestigio internacional.
El mundo ya no trata Bolivia como un país pobre en algún lugar remoto de América del Sur, sino como un país pionero que está buscando la implementación de un nuevo paradigma. Algo que la humanidad precisa para prevenir el cataclismo ecológico, social y económico. Lo nuevo está naciendo y lo viejo está muriendo y ambas tendencias coexisten en la Bolivia actual, con las inevitables contradicciones.
Imagínese, pues, el prestigio que tendría Bolivia si transformase sus Fuerzas Armadas en Fuerzas del Vivir Bien. Otros países nos tomarían como ejemplo a seguir. Bolivia podría promover el desarme a nivel regional.
2.4. Repercusiones internas
La violencia crea violencia. Por ejemplo, padres que pegan a sus hijos, han sido pegados en su niñez. La violencia en este nivel se reproduce casi automáticamente. Para disminuirla se debe romper la cadena de la violencia. Y una posibilidad es transformar las Fuerzas Armadas en Fuerzas del Vivir Bien.
Todas las fuerzas armadas en el mundo fomentan un clima de violencia. Los pensamientos giran alrededor de las armas, matar al enemigo, engañar al adversario, ser más fuertes, etc. Hasta la diversión está ligada a la violencia. Los conscriptos se divierten con maltratar al compañero: ponerle azufre en la sopa, hacerle caer en una trampa, etc. Este clima de violencia se reproduce constantemente. Los soldados abusados en sus primeros meses del cuartel después abusan con la misma crueldad a sus sucesores.
Pero la violencia se reproduce también en la vida civil. Hay datos que afirman que, en bares cerca de una academia militar, hay más riñas que en otros bares.
En los cuarteles la violencia se reproduce especialmente contra las mujeres. Esto tiene una relación obvia con la cultura machista que reina en las Fuerzas Armadas. Si son exactas las estadísticas que manejan algunas ONG, entonces el 70% de los feminicidios tienen como autores a miembros de la policía y del ejército. Está innegable la influencia de la formación violenta en la vida civil. Transformar las Fuerzas Armadas en fuerzas del Vivir Bien sería un gran paso hacia una sociedad menos violenta.
Un país consciente de vivir sin fuerzas armadas, desarrollaría la consciencia de resolver sus conflictos en base al diálogo, la búsqueda de consensos y sin violencia. Esto repercutiría en toda la sociedad hasta en las familias. Un estilo de vida más pacífico sería el aporte más grande de la transformación de las Fuerzas Armadas.
El segundo eslabón en el cual debemos romper la cadena de la violencia es el narcotráfico. Al legalizar la cocaína los países serrucharía el piso del narcotráfico y con eso disminuiría la violencia en toda América Latina. [2]
2.5. Economía
Para la economía la transformación de las Fuerzas Armadas en Fuerzas del Vivir Bien sería una gran ventaja. Sabemos que mantener un ejército es muy caro. En 2011, Bolivia destinó un 4% de su presupuesto a las Fuerzas Armadas. Estos son 2200 millones de bolivianos al año, o sea, 220 bolivianos por habitante. En promedio, una familia de cuatro personas paga entonces unos 880 bolivianos para mantener a las Fuerzas Armadas. Las Fuerzas del Vivir Bien deberían tener el mismo presupuesto como las Fuerzas Armadas, pero con la gran diferencia de dedicarse a fortalecer la infraestructura del país para contrarrestar al cambio climático.
2.6. Superación del colonialismo en las Fuerzas Armadas
Las protestas de suboficiales y sargentos en el año 2014 muestran que dentro de las Fuerzas Armadas existe una mentalidad colonial y racista inadmisible en un Gobierno Plurinacional. Este colonialismo va a la par con una separación clasista, puesto que hay una separación marcada entre las personas egresadas de las academias militares y los que no han egresado de estos institutos. No hay permeabilidad entre estas dos clases sociales. Se puede hablar, incluso, de una suerte de apartheid castrense.
En las Fuerzas del Vivir Bien no habrá lugar para racismo o diferenciación de clases puesto que estarán compuestas por ingenieros hidráulicos, civiles, ecologistas, ingenieros mecánicos, pedagogos, médicos, especialistas en agroecología, producción, conservación y transformación de alimentos, riego, etc.
3. Ideas para la transformación
En las Fuerzas Armadas hay conocimientos y valores de los cuales se debe aprovechar para las Fuerzas del Vivir Bien. Los conocimientos y la experiencia de las Fuerzas Armadas en logística serán muy valiosas para las Fuerzas del Vivir Bien. Igualmente la disciplina y verticalidad de las Fuerzas Armadas serán necesarias para que las Fuerzas del Vivir Bien puedan cumplir con sus tareas.
Hasta ahora no hay un ejemplo en el mundo en el cual se hayan transformado a las fuerzas armadas. Es una tarea nueva.
Una amplia discusión en la sociedad civil junto con las Fuerzas Armadas puede aportar soluciones de cómo se podría llegar a una nueva estructura organizativa para las Fuerzas del Vivir Bien. A continuación aportamos a esta discusión con algunas ideas.
3.1. Tareas centrales
Las Fuerzas del Vivir Bien son, en esencia, unas fuerzas para fortalecer la reducción del riesgo de desastres en tiempos del cambio climático. Ahora bien, sobre el tema cambio climático tenemos que ser lúcidos y precavidos. Las sociedades occidentales han construido toda una civilización basada en el petróleo que contamina tierra y atmósfera, pero no quieren cambiar ese estilo de vida anclado en la quimera del crecimiento indefinido de la economía e impulsado por el consumo. Como ellos no quieren cambiar este estilo de vida, buscan que los otros países mitiguen su contaminación y se adapten a las nuevas circunstancias. Para ello están dispuestos a pagar por los servicios ecosistémicos que podamos prestarles y a eso le llaman “Economía Verde”.
Es por esto que debemos prepararnos para lo peor. Nosotros debemos cambiar de carril y de velocidad, inspirándonos en nuestro pasado. Para ello, el Vivir Bien es nuestra ruta de viaje.
Hace 11.700 años comenzó el holoceno, la época geológica actual, que lleva el sobrenombre “verano largo” por su estabilidad climática extraordinaria. Entonces, en los Andes se crearon dos civilizaciones hidráulicas: por un lado, para manejar el exceso de agua en Mojos y, por el otro, para cosechar el agua escasa en el altiplano y valles interandinos. Los habitantes en la llanura amazónica hicieron lagunas, drenaron canales, prepararon campos elevados, fabricaron tierra fértil, construyeron lomas artificiales y pirámides, y probablemente, la región es una cuna de la agricultura más antigua aun que los Andes. Los habitantes de los Andes construyeron andenerías, terrazas de formación lenta, zanjas de infiltración, albercas, pequeñas represas en quebradas para riego, campos elevados en zonas de inundación y reforestaron las zonas de recarga hídrica y las cabeceras de cuenca. A este hardware agronómico se le complementó con un software basado en la ritualidad y la tecnología simbólica. Diseñó, asimismo, toda una infraestructura para la conservación de alimentos para corto, mediano y largo plazo: pautada por la corriente del Niño. La otra tecnología simbiótica de conversación con el paisaje, que sigue vigente hasta ahora, es el manejo de múltiples pisos ecológicos, que les permitía adaptarse y sortear los efectos extremos de los cambios del clima. Todo este sistema de gestión de la relación simbiótica del ser humano con la Madre Tierra estuvo aceitado y vehiculizado por la economía de reciprocidad que crea justamente los vínculos y los valores humanos.
Este es el paquete tecnológico que debemos volver a activar, para prepararnos del mejor modo posible para la crisis climática. Esta sabiduría milenaria creada por nuestra cultura para nuestro territorio no tiene nada que ver con los artilugios occidentales mitigación y adaptación, diseñados por el Occidente para esquivar el bulto de sus responsabilidades históricas frente al cambio climático. Ahora bien, estas tareas exigen un manejo de la mano de obra que, en la actualidad, sólo lo pueden hacer posible unas Fuerzas del Vivir Bien basadas en el modelo castrense.
3.2 Servicio en las Fuerzas del Vivir Bien
El servicio en las Fuerzas del Vivir Bien será obligatorio para varones y mujeres y durará un año. Sería pagado y la comida asegurada. El servicio en las Fuerzas del Vivir Bien será la contribución de los jóvenes a su país. Una solidaridad intergeneracional con las generaciones futuras, porque la mayoría de las tareas darán sus frutos recién en el futuro. Será, asimismo, una iniciación a la vida de los adultos.
3.3 Instituto Internacional para la Paz
La paz es un anhelo de todo ser humano, pero la paz siempre es frágil, hay que trabajar constantemente para fortalecerla. Por esa razón proponemos la creación de un Instituto Internacional para la Paz. Esto no sería una tarea para las Fuerzas del Vivir Bien sino para el Estado. A parte de investigaciones sobre las causas de conflictos y su resolución, el instituto ofrecería servicios de mediación en casos de conflictos internos en los países. Sería algo natural que el instituto se especializara en conflictos de pueblos indígenas con sus gobiernos.
El Instituto Internacional para la Paz sería un aporte de Bolivia para la comunidad internacional. Tomemos el nombre de la sede de nuestro Gobierno como buen augurio:¡La Paz!
[1]Angelika Franz, Inka – Herrscher der Anden: Mysteriöse Floßfahrer. en: Spiegel-Online 01.04.2014
http://www.spiegel.de/spiegelgeschichte/inka-hochkultur-vorgaenger-mysterioese-flossfahrer-a-961983.html
Ver: Comisión Global de Políticas de Drogas, ‘La guerra global contra las drogas ha fracasado’, Este trabajo ha sido reproducido por el Círculo Achocalla en su publicación Nr 11, 2012. Ver además: Brunhart, Pedro (coordinador) Drogas: ‘No queda otra ….que legalizarlas’. La Paz, Círculo Achocalla Nr 12, 2012