Relevo generacional versus malnutrición

pictLOS GRANDES RETOS EN MATERIA ALIMENTARIA

Mario Esquivel y Masiel Fernández Bolañoz *

La Habana y Roma (PL).- La economía mundial, sometida a situaciones cíclicas de crisis, se enfrenta a la progresiva destrucción de su potencial humano por el impacto a largo plazo de la malnutrición que afecta el desarrollo de las nuevas generaciones. Los reportes de la Organización No Gubernamental Save The Children dan cuenta de la magnitud real del problema, al advertir que la crisis alimentaria amenaza las vidas de 450 millones de niños en todo el mundo durante los próximos 15 años.

Precisamente, esa es la cantidad de infantes en peligro de sufrir retrasos del desarrollo físico y mental si persisten las dificultades para una correcta nutrición. Sin dudas, esa coyuntura compromete el futuro de las nuevas generaciones debido a un flagelo cuya solución marcha a un ritmo más lento que el necesario para su erradicación.

El problema va más allá de la propia producción de alimentos, pues en el planeta se aprecia un incremento en la obtención de esos insumos. En ese sentido, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reveló que en la actualidad las disponibilidades de comida para cada persona son superiores en 40% a las existentes en 1945.

Sin embargo, directivos de la entidad admitieron que ese comportamiento está lejos de reflejarse en una distribución equitativa, lo cual se evidencia con casi mil millones de personas malnutridas, en tanto la obesidad y el sobrepeso afectan a similar cifra. También cabe mencionar el mal aprovechamiento de los recursos existentes, pues se derrocha cada año cerca del 30% de los 1.300 millones de toneladas de alimentos que se producen.

Frente a ello, 300 menores fallecen por hora debido a la malnutrición, la cual es además una causa subyacente de más de un tercio de todas las muertes infantiles cada año (2,6 millones). Los daños también son irreversibles para los que sobreviven, pues la falta de alimentos nutritivos, junto con las infecciones y enfermedades, se refleja en el desarrollo inadecuado de los organismos humanos.

Save The Children admitió que debido a esos motivos, al menos 170 millones de niños padecen retraso del crecimiento. El problema también impacta a las propias economías, pues los costos provocados por la malnutrición representan entre el dos y tres por ciento del Producto Interno Bruto para los países en desarrollo.

Por solo citar un ejemplo, la organización mencionó el caso de la deficiencia de yodo, la cual afecta al 30% de los escolares en los países en desarrollo y está relacionada con una pérdida de entre 10 y 15 puntos del coeficiente intelectual. Como contraparte, los expertos destacaron la existencia de mecanismos para combatir el flagelo, entre ellos el empleo de suplementos nutricionales y el impulso de hábitos saludables como el lavado de manos o la lactancia materna.

Los expertos ratificaron que la asignación de recursos a programas de nutrición equivale a invertir en el futuro de un país, pues ello se refleja en comunidades más fuertes, con poblaciones más sanas, inteligentes y productivas. Respecto a las acciones concretas, ya desde el 2008 la publicación especializada The Lancet mencionó al menos 13 intervenciones directas capaces de minimizar el impacto de la malnutrición.

Entre ellas destacan el empleo de suplementos de vitaminas, sal yodada y prácticas de alimentación complementaria, las cuales podrían prevenir la muerte de casi dos millones de menores de cinco años, así como un considerable número de enfermedades. Para lograr ese objetivo deben concentrarse en la población infantil de los 36 países donde vive el 90% de los niños que sufren malnutrición.

Las necesidades financieras con vistas a implementar las citadas intervenciones sugeridas por The Lancet es de unos 10 mil millones de dólares cada año. Los datos del Banco Mundial dan cuenta que con un costo per cápita de un dólar anual más de cuatro mil millones de personas se beneficiarían con el consumo de trigo enriquecido, hierro, alimentación complementaria y micronutrientes en polvo.

Unido a ello, Save The Children defendió el compromiso político para solucionar el problema, en un escenario donde los líderes mundiales reconozcan “el papel clave de la nutrición a la hora de salvar vidas infantiles”. Para ese propósito se requieren los esfuerzos conjuntos de las naciones pobres, instituciones multilaterales y los países ricos que dedican escasos recursos a ese tema.

Malnutrición, desde el acceso hasta la educación alimentaria

Miles de millones de personas sufren en el orbe a causa de la malnutrición, un fenómeno directamente vinculado con la accesibilidad a los alimentos, pero que va más allá. Hay dos mil millones de víctimas de una o más deficiencias de micronutrientes, mientras que otros tantos tienen sobrepeso y obesidad, según investigaciones especializadas. Unido a ello, 26% de todos los niños menores de cinco años padecen retraso del crecimiento y el 31% presenta deficiencia de vitamina A.

La FAO explica que en términos sociales, la desnutrición infantil y materna siguen reduciendo la calidad de vida y la esperanza de vida de millones de seres humanos, al igual que los problemas de salud asociados a la obesidad, -como las enfermedades cardiaca y diabetes. Desde el punto de vista económico el costo también es elevado teniendo en cuenta la pérdida de la productividad y los gastos de atención sanitaria.

En dicho apartado, la cifra podría alcanzar hasta el 5% del Producto Interno Bruto mundial, un equivalente a 500 dólares por persona. Por ello, la FAO llama a luchar por la erradicación del hambre y la malnutrición en todas sus formas. Sus expertos recalcan que una dieta sana y una buena nutrición deben comenzar con la alimentación y la agricultura.

¿Por dónde empezar? Como en casi todo lo relacionado con materia alimentaria queda mucho por hacer. La solución empieza por ser conscientes de la gravedad de la situación y de la necesidad de adoptar medidas efectivas para corregirla. Los analistas proponen el uso de políticas, inversión e investigación agrícola adecuadas para aumentar la productividad, no sólo de cereales básicos como maíz, arroz y trigo, sino también de legumbres, carne, leche, verduras y frutas, y, en general de productos inocuos, ricos en nutrientes.

Cortar las pérdidas y el desperdicio de alimentos, puede contribuir a mejorar la disponibilidad y a reducir la presión sobre la tierra y otros recursos. La educación de los consumidores resulta esencial en aras de alcanzar dietas más diversificadas y saludables, pues más allá de la tan anhelada accesibilidad a los alimentos, es indispensable orientarlos para que tengan una mejor nutrición. Por solo citar un ejemplo, los estudios muestran que la desnutrición durante los críticos primeros mil días desde la concepción puede causar un daño permanente a la salud de las mujeres y trastornos físicos y cognitivos de por vida en los niños.

FAO: Grandes retos en materia alimentaria

El representante de la FAO en Cuba Theodor Friedrich comentó que la FAO ha modificado su principal meta, pues del propósito inicial que era reducir el hambre ahora se ha planteado erradicarla. Remarcó que la FAO definió cinco objetivos estratégicos, los cuales resultaron de una condensación de los anteriores. El primero está asociado a la erradicación del hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición, enfocando el acceso a la distribución y a los procesos que posibilitan que la gente tenga su alimentación asegurada.

El segundo objetivo se centra en la parte productiva, en una obtención de bienes, alimentos agrícolas y otros servicios que resultan de ese proceso, pero de forma sustentable. Al respecto, el experto consideró de gran importancia laborar en el empeño de lograr una producción sostenible: la combinación de un aumento de producción y al mismo tiempo la sostenibilidad de la misma en términos ecológicos y económicos, es decir, producir más con menos.

La reducción de la pobreza rural está en la mira del tercer propósito ya que la mayoría de los pobres todavía viven en esas zonas y al mismo tiempo en ellas se obtiene la mayor parte del alimento. El cuarto objetivo estratégico se enfoca en las cadenas de valor y los sistemas de mercadeo. Contempla el período de procesamiento, el transporte, hasta llegar al consumidor. La finalidad, subrayó Friedrich, es que todas las etapas se hagan de una manera más eficiente, con menos pérdidas y desigualdades y con más enfoque hacia la seguridad alimentaria.

La respuesta a situaciones de emergencia conforma la esencia del último objetivo. Sobre el apartado, aclaró que la FAO no da alimentos, sino los medios para que el sector agrícola pueda recuperarse rápidamente después de una emergencia.

La atención a la alimentación y la agricultura se ha recuperado un poco en los últimos años, opinó el representante de la FAO en Cuba. La crisis de los altos precios de 2007-2008 elevó la conciencia sobre la importancia de la agricultura no solo para la alimentación sino también para la paz mundial.

Friedrich reconoció los avances alcanzados por América Latina, una región que ha mostrado mejoras muy significativas en el combate contra el hambre. En la región hay más atención al tema de la alimentación y ha mostrado mejoras muy significativas en ese sector. Tenemos muchos países que han logrado reducir los niveles de hambre, detalló.

Empero, afirmó que los retos son demasiado grandes actualmente en materia alimentaria en el orbe y destacó que la FAO puede guiar, dar lineamientos y, asistencia sobre cómo enfrentar mejor los desafíos existentes. Una respuesta a la crisis económica mundial sería que los países dieran más importancia a la agricultura, a la producción local, nacional y regional para no depender tanto de la importación de alimentos.

Al respecto, resaltó el caso de Cuba, un país que considera un ejemplo de seguridad alimentaria porque ha mantenido el suministro de alimentos a su población sin crear catástrofes de hambrunas. Sin embargo, insistió en que hay que seguir trabajando en aras de disminuir la dependencia de la importación, sobre todo teniendo en cuenta que la isla posee los recursos naturales para producir lo que necesita y hasta para exportar.

* Esquivel es Jefe de la Redacción de Economía de Prensa Latina y Fernández, redactora de Economía.

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1 respuesta

  1. Nauj Rivera Párraga dice:

    MUERA LA INDUSTRIA ARMAMENTISTA, MUERA LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA (LA MERCENARIA, CARAY UNO DE MIS HERMANITOS ES VISITADOR MÉDICO, PERO ES LABURANTE SABRÁ ENCONTRAR ALGO NUEVO), MUERA, PRINCIPALMENTE, LA INDUSTRIA «ALIMENTICIA» BASADA EN LA CARNE (DE TODA ÍNDOLE ANIMAL), LECHE Y DERIVADOS. Y MUERAN Y PÚDRANSE LOS POLITIQUEROS, ABOGADOS Y JUECES, POLICIÍAS, MILITARES Y TODO MERCENARIO SOBRE ESTA TIERRA!