MÁS ALLÁ DE DERECHAS E IZQUIERDAS

Sin títuloPor León Galindo Stenutz

En Bolivia, como en Venezuela, en toda América Latina y, en verdad en todo el mundo, se está buscando una nueva visión política, en realidad, una nueva visión universal acerca de la mejor manera de organizar a la sociedad para sobrevivir, vivir y prosperar

Las mayorías – intelectuales, académicos, políticos y estadistas incluidos – están aún encerrados en lo que se ha vuelto una lucha ideológica y conceptual estéril. No se dan cuenta que continuar debatiendo, luchando, incluso asesinando y librando guerras en torno a esta falsa dicotomía, es inútil.

Es así por un simple hecho: El corazón del problema político, económico, social, ambiental – y espiritual – que enfrente hoy por hoy el ser humano reside en el mismísimo lenguaje, armazón y contexto conceptual de «derechas» e «izquierdas».

Es hora de trascender ésta dicotomía, reconociendo y rescatando lo real y valedero de más de 200 años de conversaciones sobre este eje… pero a la vez innovando e introduciendo un lenguaje, y un armazón nuevo, evolucionado, más completo.

Parte de este nuevo armazón debe incluir un reconocimiento, de entrada, de la apremiante necesidad de trascender la dimensión meramente conceptual o «ideológica» — porque justamente «izquierdas» y «derechas» se equivocan ambas en haberse encerrado demasiado en la dimensión IDEO-LÓGICA, es decir, racional, conceptual, mental — de la realidad, cuando esa dimensión es solamente una de muchas dimensiones reales y vitales.

En todo el planeta, venimos confundiendo teoría y realidad, mapa y territorio, lenguaje y vivencia. Existen otras dimensiones y variables de la realidad que son tan o más importantes que lo racional, teórico o «ideológico» — entre ellas:

  • A nivel del individuo, lo emocional, moral, volitivo, conductivo, biológico, y algunos argumentarían, lo psíquico, almática o espiritual—entre otras, dependiendo como se mira y se “disecciona conceptualmente” al milagro que es el ser humano;
  • A nivel social o colectivo (familias, comunidades, ciudades, naciones, etnias, etc.) — cultura, religión o códigos morales-espirituales, idiosincrasia, normas y moralidad colectiva, niveles de consciencia, inteligencia y educación, relación colectividad-individualidad, relación con la naturaleza o el entorno, etc., etc..
  • A nivel de la realidad en sí, la humanidad, la naturaleza y aquello, con o sin nombre, entendido por el ser humano o no, desde donde aparece y desaparece todo lo que denominamos «real», todo lo que está al alcances de nuestros sentidos, emociones y raciocinio. Ese algo que a través de los siglos y en casi todas las culturas ha recibido distintos apelativos: Espíritu, Dios, Allá, Yahve, Dao, Nirvana, Esencia, Infinito, Misterio… lo que por simplicidad y aceptación amplia hoy en día se llama, en muchas partes, la dimensión de lo «espiritual».

En mi opinión, si realmente queremos resolver los problemas esenciales del ser humano y del planeta en este siglo XXI antes de auto-victimarnos en tragedias masivas irreversibles, es vital repensar la esencia misma de la política, de lo ideológico, de nuestras teorías, esquemas, mapas y modelos mentales para reformular dramáticamente nuestra concepción de lo que funciona y no funciona, trascendiendo debates trillados y cada vez menos relevantes de izquierdas vs. derechas, liberalismos/capitalismo vs. socialismos/comunismos.

Nuestra mirada debe ser más profunda, más amplia y ambiciosa, más visionaria y estratégica — y contamos con los instrumentos para esto, entre otros:

  • Revoluciones y plataformas científicas y tecnológicas que nos brindan un capacidad para percibir, interpretar, entender y comunicar diversos y vastas dimensiones de la realidad, sin precedentes en la historia humana;
  • Cantidades importantes de individuos y organizaciones con niveles de educación y sofisticacion para interpretar y capacidades para obrar sobre la realidad también sin precedentes;
  • Convergencias caóticas, pero a la vez fascinantes y riquísimas, de cosmovisiones, culturas, étnicas, ideologías, modelos y formas de entender, interpretar y transformar realidades también sin precedentes en la historia humana…

Por esto, argumento que si bien hay muchísimo de valioso que podemos rescatar de la Iluminación y de sus hijos gemelos: Liberalismo/Capitalismo y Socialismo/Comunismo, postulo que debemos mirar aun mas allá de derechas e izquierdas y darnos cuenta que estamos en un proceso parecido al Renacimiento o a la Iluminación, pero tan o más complejo, profundo, peligroso y a la vez prometedor, embarazada de posibilidades y oportunidades para una vez más, repensar con aun mayor intensidad y precisión la forma de organizarnos en lo político, económico, social y ambiental, en lo individual y en lo colectivo, en nuestras relaciones entre seres humanos, con la naturaleza y con ese Misterio mayor en la cual aun nos encontramos inmersos — aunque no podamos o no queramos verlo así.

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