Mano dura y mano blanda: Insumos para comprender nuestro sistema político

Franquicia europea

La democracia es una franquicia europea que se ha cocinado en el fogón ateniense de la Ágora (casi la única raíz que se le reconoce) y ha sido soplado, sutilmente, por el pensamiento heterodoxo sefardí: desde el sistema angélico de la Kabbalah: las mediaciones del Poder: la burocracia estatal, pasando por Maimónides: la democracia empieza por el gobierno de uno mismo en los patios de la judería, hasta los aportes del racionalismo marrano: Sánchez de las Brozas, Juan Bodino, Michel Eyquem de Montaigne Lopes, Baruj Spinoza: desaparecer en la abstracción del ciudadano anónimo, para escapar de una vez por todas de los pogromos, dentro de un Estado de Derecho gobernado por la Ley que, por diseño, no debe hacer acepción de persona alguna. El esplendor de la abstracción y la razón.

 

La tendencia universalista del pensamiento monoteísta ha hecho que esta buena práctica política, para nosotros, se la extendiese, por influencia misionera cristiana, hasta los últimos confines del mundo. The Economist, como se sabe, edita el famoso Índice de la democracia. En su reporte del 2010 muestra cómo la democracia florece en los países occidentales de tradición judeo-cristiana (“Democracias plenas”: más al Norte y en países protestantes, y “Democracias defectuosas”, más al Sur y en países católicos) y cómo en las sociedades no occidentales funcionan “Regímenes autoritarios” y en sociedades como la nuestra: Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua: nos las habemos con “Regímenes híbridos”: formalmente democráticos y operativamente autoritarios: endiosamiento del Jefe, improvisación administrativa y pulverización de toda institucionalidad, mediante prebendas bien intencionadas pero arbitrarias. Refulge lo concreto (el cheque de “Evo cumple”) y lo emocional (dádiva o venganza, sin tapujos)

 

¿Cómo pensar un régimen híbrido, como el nuestro, dónde lo occidental y lo amerindio se retroalimentan y bloquean al mismo tiempo? Si queremos salir de los mantras con que los analistas políticos nos hacen entrar en trance cada noche delante de la televisión, tenemos que ampliar nuestro marco conceptual y escapar del ahorita: la coyuntura o del ahora: la modernidad, hacia las raíces de nuestros sistemas constitutivos y proceder con la lógica adecuada.

 

Grilla de lectura

 

Explicitaré mi grilla de lectura. Puesto que nos constituyen dos sistemas antagónicos: Occidente y la Indianidad [1], tenemos que usar una grilla que los contenga a los dos. Esta grilla la encuentro, tanto en mi propia tradición cultural y familiar [2]: el Árbol sefirótico y en la Dualidad Onda Partícula de la física cuántica [3] así como en la Chakana, que conocemos de Santa Cruz Pachakuti Yanqui [4]. Ambas son buenas herramientas conceptuales para pensar no simplista y unidimensionalmente, como induce el paradigma newtoniano que siguen fatigando nuestros cientistas sociales, lamentándose de cómo nuestros animistas no se comportan como calvinistas.

 

El diagrama del Árbol sefirótico [5] es un mapa mental del universo. Sirve, pues, para pensar y conectar. Está compuesto por tres columnas. La columna o el vector de Jojmah, traducido por Sabiduría, representa las energías bosónicas y la columna de Binah, traducido por Inteligencia, representa las energías fermiónicas y la columna del medio, el Taypi [6], donde ambas energías antagónicas se encuentran: Tink´u [7], y complementan, dando lugar al Tercero Incluido [8], encabezado por Kéter, traducido por Corona y que correspondería a lo que los físicos actuales llaman el Vacío Cuántico, de donde todo dimana y hacia donde todo regresa. Encima de él se encuentra el En Sof: Infinito

 

A continuación un diagrama de los sefardíes de Amterdam:

 

Traducido en un cuadro, tendríamos lo siguiente:

 

 

Bosón: Conjunción

Lóbulo cerebral derecho

Kéter / Corona

Vacío cuántico

Fermión: Disjunción

Lóbulo cerebral izquierdo

Jojmah / Sabiduría

 

Acuerda, une: comprende

Binah / Inteligencia

Diferencia, separa: distingue

 

Dat / Conocimiento

El Tercero Incluido de Sabiduría e Inteligencia

Jésed / Misericordia

 

Energías difusivas, Expansión: Tolerancia

 

Mano blanda

Guevurah / Rigor

Energías retráctiles Inpansión: Justicia

 

Mano dura

 

 

Tiferet / Armonía

Tercero Incluido de Misericordia y Rigor

Belleza, Equilibrio

Democracia

Netsaj / Victoria

 

Desarrollo, multiplicación

Devenir

Hod / Gloria

Estabilidad, afirmación

Ser

 

Yesod / Germen

El Tercero Incluido del proceso filogenético: Holón [9] biótico: Fundamento

Maljut / Mundo

El Tercero Incluido del proceso sociogenético: Reino, polis, ayllu

Holón político

 

 

 

Así, pues, para entender cualquier cosa hay que saber que todo holon [10] está compuesto por dos energías antagónicas que se han complementado en un Tercero que las incluye. Así, por ejemplo, el cigoto o huevo (del griego ζυγωτός «unido con un yugo») es la célula resultante de la unión del gameto masculino con el gameto femenino. El ayllu andino es el resultado de la unión de la parcialidad aran y la parcialidad urin; la democracia, dicho kabbalístamente, es el resultado de la unión de Gevurah: el Rigor y Jésed: la Misericordia. Dicho de otra forma, el Holón básico de la democracia, tanto en el modelo consociacional de Johannes Althusius [11] como en el ayllu andino, es la pareja/jaqi que es una totalidad, pero parte de una totalidad mayor: la familia que, a su vez, es parte del pueblo/ayllu que, a su vez, lo es de la provincia/marka … etcétera

Si bien es cierto que la democracia, que llega hasta nuestros días, es la que tiene por cuna Atenas y Jerusalén, no es menos cierto que las sociedades animistas, de derecho materno, todas fueron democráticas en el sentido de fraternales y gilánicas [12]: horizontales. Yo voy a tratar de pensar, simultáneamente, “la forma Estado” y “la forma Ayllu”, como holones que, a ese nivel de complejidad, uno representa la energía fermiónica y el otro la bosónica; sabiendo que, a su interior, también contienen las energías contrarias, pero que no hacen masa crítica.

Una mirada compleja a los orígenes

Atenas: el vector horizontal: la inmanencia

Una de la raíces de nuestro actual sistema político es Grecia, como se sabe, pero no el único, como harto frecuentemente se olvida, debido al enfoque reduccionista y laicista de la modernidad. Por lo demás, es un lugar común decir que lo que sabemos, ahora, de Grecia es en gran parte un invento alemán del siglo XIX y, en el tema que nos ocupa, esa visión está marcada por Nietzsche, Bachhofen, Jäger. Este reparo es importante. Las investigaciones del siglo XX sobre Eleusis, por ejemplo, desde la farmacología actual [13], arrojan una visión de Grecia más parecida a la que tenemos actualmente del ayllu multidimensional de los jaqi-sallqa-waka. Más, hasta donde se, esa información no ha sido procesada por la ciencia política. Pero he aquí que me referiré nomás a la lectura (aunque distorsionada) que ha marcado la actual comprensión que tenemos de lo político; porque eso es lo real a efectos actuales. En cualquier caso, la victoria de Apolo sobre Dionisos, vale decir, de Zeus sobre la Magna Mater trajo consigo un paisaje intelectual que cultivó un sistema lógico, de tipo patriarcal, basado en la identidad, la no contradicción y el tercero excluido, que perdura hasta hoy. La apuesta que decidieron los griegos, en ese momento de su historia, por lo limitado: peras, en contra del apeiron matriarcal: lo ilimitado, marcó una preferencia por la inmanencia de sabor muy mediterráneo [14].

Platón y Aristóteles distinguen tres tipos básicos de formas políticas: la monarquía y la tiranía: el poder al uno, ora legítima ora ilegítimamente; la aristocracia y la oligarquía: el poder a pocos, ora a los mejores: sentido positivo, ora a los peores: sentido negativo y la democracia: el poder al pueblo. En cuanto a esto último se conocieron las siguientes formas, que fueron creciendo con el tiempo: la democracia directa cuando la decisión es adoptada sin mediaciones por el pueblo; la democracia indirecta cuando las decisiones las toman representantes reconocidos por el pueblo; la democracia semidirecta que contempla tecnologías de ajuste como el Plebiscito: el pueblo elige “por sí o por no” sobre una propuesta; el Referéndum: el pueblo concede o no concede la aprobación final de una norma; la Iniciativa Popular: un grupo de ciudadanos puede proponer la sanción o derogación de una ley; la Revocación de Mandato: los ciudadanos pueden destituir a un representante electo antes de finalizado su período. Como se ve, todas formas operativas de implementar el principio de no contradicción.

Detengámonos en esta última para ver sus señas de identidad más duraderas.

La democracia: Demiurgos y geomoros

Plutarco [15] indica que los geomoros, demiurgos y eupátridas, eran las tres clases en las que Teseo dividió a la población libre del Ática. Significativamente, la población también estaba compuesta por los metecos: los forasteros, los ilotas: los esclavos y las mujeres. Los eupátridas eran los nobles; los demiurgos eran los artesanos y los geomoros eran los campesinos. Estos dos últimos grupos, oponiéndose a la nobleza, formaron el demos. []Por tanto, etimológicamente, demos es un neologismo derivado de la fusión de demiurgos y geomoros, para referirse a artesanos y campesinos. Por tanto, democracia significa gobierno de los artesanos y campesinos. Esta idea de un gobierno de obreros y campesinos volverá 25 siglos después como deseo del troskismo boliviano.

 

Siguiendo nuestra grilla de lectura, ahora, debemos ver la polaridad contraria a la democracia para tener una visión cabal del holón. La búsqueda idealista de la cosa en sí: das Ding an sich, es decir, el modo atomista de entender el mundo, ha distorsionado también nuestra comprensión de lo político. Después de Einstein, todos, no sólo los físicos, debemos pensar lo que llamo quatums conceptuales. En este caso, el quantum implica el Rigor y la Dulzura. Ambos hacen el Holón: sistema político.

 

La Tiranía

Los griegos llamaron τυραννία al régimen de poder absoluto, normalmente de carácter unipersonal que instauraba aquel que había derrocado al gobierno de una polis, habitualmente a través de revueltas populares, demagogia mediante, pero también vía golpes de estado y, rara vez, por intervención extranjera. De este modo, pues, el tirano ocupaba el poder no por derecho, sino por la fuerza. Pero, he aquí, que para los griegos el término Tirano no tenía necesariamente una connotación negativa, como para nosotros, y muchos eran muy queridos y muy populares. Con el tiempo las tiranías se convirtieron en un sistema político recurrente si se quería sentar bases políticas para un crecimiento crematístico de la economía, es decir, de lo cuantitativo. Esa relación de larga duración: tiranía-desarrollo económico cuantitativo, debemos pensarla (no abominarla de entrada) para poder, luego, domesticarla, si ese objetivo nos interesara y contraponerle lo oikonómico: el don, el florecimiento de lo cualitativo: philia, ágape y koinonía [16].

Dicho de otra manera, las tiranías cumplieron el rol de minimizar la economía de Reciprocidad, practicada por la nobleza, y maximizar la economía de Intercambio que implicaba apoyar el comercio lejano y, para ello, la tecnología de la moneda era imprescindible. Empieza a gatear el capitalismo. El ayni: métadosis, amoibe, en cambio, sirve para lo próximo: las relaciones cualitativas dentro de la polis. Probablemente las traducciones modernas [17] de Aristóteles, que hacen desaparecer la noción del don cuando vierten metadosis como intercambio crematístico, está en el origen de la unilateralidad actual de pensar la economía sólo como capitalismo y no también como reciprocidad. De todos modos, estamos hablando del siglo VI a C conocido por su esplendor. Tiranos como Gelón, Hierón, Dionisio mantuvieron cortes fastuosas y fueron grandes mecenas culturales. Las tiranías produjeron riqueza, ocio y cultura. Éste es el único caso que conozco, dada la escala, en el que la teoría del goteo, trickle down, funcionó.

Digamos, pues, que Atenas nos va a proveer la forma: lo que acabamos de insinuar, y Jerusalén no proveerá de los contenidos que es lo que vamos a leer a continuación.

Jerusalén: el vector vertical: la trascendencia

El primer milenio y medio de expansión cristiana sobre enfatizó de tal manera este vector vertical de la trascendencia: que culmina en lo gótico, que nos ha hecho, a los modernos, abstemios ideológicos aunque adictos inconscientes de él. Doquiera, en efecto, echemos la mirada lo observaremos. Por ejemplo ¿Qué indica esta holoarquía: átomos, moléculas, procariotas, eucariotas, organismos neurales, cuerdas neurales, tronco cerebral reptiliano, sistema límbico, neocortex …si no la tendencia de lo vivo hacia la trascendencia? ¿O esta otra: galaxias, planetas, sistema Gaia, ecosistemas heterótrofos, familias, tribus, aldeas, pueblos, ciudades, naciones…? [18]. La cadena del ser [19] es una holoarquía. Bien, recordada esta evidencia, vayamos a su otra polaridad: lo concreto.

Para ello, leamos ahora la observación clásica de un gran Marrano de la antigüedad: Flavio Josefo que, en su obra Contra Apión (libro II, sección16), nos ubica bien el aporte judío. “Ahora existen innumerables diferencias entre las costumbre y leyes específicas que hay en la humanidad, que uno puede brevemente reducir a las siguientes posibilidades: algunos legisladores han confiado el poder político a las monarquías, otros a las oligarquías y otros bajo una forma republicana; pero nuestro legislador, sin embargo, no puso su mirada en ninguna de estas formas de gobierno, sino que instituyó lo que podría llamarse, haciendo violencia a la lengua, teocracia, poniendo la soberanía y la autoridad en manos de Dios.”

 

La política, en el sentido occidental, tiene que ver con el poder y ¿qué mayor poder que la invención de Dios por el judaísmo? [20] La opción por un Uno invisible y, además, todopoderoso, implica rebasar el ámbito de lo Real para abrir el ámbito de lo Simbólico, donde se desarrolla la operación política que va a marcar la diferencia monoteísta: se extirpa la Función Onda: las energías femeninas bosónicas y se focaliza todo en la Función Partícula: las energías masculinas fermiónicas y esa locura o genialidad, ¿las dos cosas?, se la impone como única y universal. El, divorciado de Asherah, es un láser[21]; es la materia prima con la que Enrico Fermi (de ahí proviene fermión) diseña la bomba atómica. En Hiroschima hemos vuelto a sentir la naturaleza de Su Poder, como otrora los hijos de Jacob la sintieran al pie del Sinaí cuando Moisés les trae la abstracción de la Ley que hace desaparecer el género: el chacha-warmi semita: El-Asherah.

 

Me voy a referir, brevemente, a las tecnologías que crea la elite levítica, exiliada en Babilonia, para perseverar en el ser, como nación, una vez destruido el Templo. La primera es la escritura; luego, irá viniendo, a lo largo de los siglos, la segunda: el dinero; la tercera la angeología y la cuarta la ideología. No es que otros pueblos no se hayan tropezado con ellas y las hayan cultivado. Me refiero a esta raíz judía, porque es ésta (y no las otras) la que ha llegado hasta nosotros. Para ello seguiré a Régis Debray que termina de desarrollar, lo que yo llamo la “Intuición de Camiri”[22], en su incomparable libro Dios: un itinerario.

La escritura

 

¿Cómo surge algo así como un Dios único, universal, invisible y todopoderoso? (Repárese que, a su escala, estoy nombrando los atributos del Estado) Lo prestidigita, nada menos, que la escritura. Veamos; un alfabeto (: Partícula) es una máquina para descomponer lo continuo (: Onda) que es en lo que se basa el Animismo. Produce un máximo de sentido mediante un mínimo de signos. Con las letras se lleva a cabo una separación radical de la naturaleza. Una letra es un desencantador cósmico. Un Dios abstracto requiere de un espacio nocional para ser; ese espacio es el Libro. Liberado de las inercias naturales, mediante signos arbitrarios, Dios se desliga de las similitudes y las correspondencias. El tetragrámaton YHWH, un láser létrico, cercena el cordón que lo liga a las Potencias animistas del cosmos. Es, precisamente, lo arbitrario del signo, lo que corta de cuajo las rutas de la analogía entre lo inteligible y lo sensible, entre las palabras y los astros, entre la voz y la tormenta. Sólo un grafismo absolutamente arbitrario puede acallar el rumor del mundo. Sólo un Dios alfabético puede despegar de la tierra, trascender y valer igual por doquier e igualar a todos. (Me estoy refiriendo a la quintaesencia de la democracia: todos los ciudadanos son iguales ante la Ley)

 

Burocracia

 

La escritura atomista, que suscita esta forma nueva de Poder abstracto y trascendente, precisa, para ser sostenible, de escribas, vale decir: sacerdotes, vale decir: burócratas, vale decir: tecnócratas, vale decir intelectuales. No hay Estado de verdad sin burocracia profesional meritocrática. Los Estados sin burocracia, como el nuestro, son estados aparentes: simulacros. No pueden producir lo que prometen: bienes y servicios a gran escala. Así es. Esto es algo que los animistas bolivianos no acaban de entender porque tienen vigente (en su forma mentis) el modelo contrario: el Ayllu. Éste, en efecto, no precisa de burocracia: todos pasan por turno, mita, a servir a los demás. He aquí, pues, que lo que estamos haciendo, ahora, es lo peor posible: introducir el turno y la improvisación, donde se precisa de lo estable y profesional. Estado proviene de estático, no por casualidad. “Las cosas de palacio, van despacio”: del refranero sefardí.

 

Fundamentalismo

 

La escritura, asimismo, trae consigo, inevitablemente, debido al congelamiento de lo fluido: la voz, el fundamentalismo y el integrismo: hipertrofias de la huella escrita. El paso del mythos oral, relativístico, a un logos escrito, fijo, hace entrar a la divinidad (la razón de Estado) en la lógica del principio de identidad, de no contradicción y de tercero excluido. La escritura implica univocidad. Aparece la dogmática: sólo Uno tiene la razón. Aparece la censura: el otro no tiene la razón y debe ser acallado.

 

Inquisición

 

Ahora bien, cuando las nociones (universales) de verdad y de error se encuentran con los universos (localizados) de la creencia, los monoteísmos devienen violentos, depredadores y mortíferos. Aparece la Inquisición que se cocina a fuego lento en las maldiciones judías, herem, las excomuniones católicas hasta que, en 1252, Inocencio IV autoriza, en la bula Ad extirpanda, el uso de la tortura para obtener la confesión de los reos, convirtiéndose, de este modo, en el modelo punitivo: mano dura, de los aparatos de inteligencia y represión de los totalitarismos del siglo XX: Gestapo, KGB, SSD, CIA y, en el siglo XXI, de “democracias” a la americana: fabrican casus belli para robar el petróleo de los otros; replican Konzentrationslager: Guantánamo; entran, matan y salen: Ben Laden, como si nada; los banqueros ponen a los primeros ministros…ante la mirada anestesiada e impotente de un planeta que observa, pasivamente, cómo se desvanece el “Estado de Derecho” de la modernidad. The Economist podría añadir a su famoso Índice la entrada de “Democracias aparentes” para reflejar esta nueva realidad.

 

La esfera pública

 

¿Qué cambió, pues, el alfabeto en la economía de lo divino? En primer lugar, transforma la sacralidad esotérica en un servicio público exotérico. Un culto ctónico en un culto a cielo abierto: oficiado en las oficinas de la administración pública. La linealidad y la estandarización de los caracteres permiten que todos puedan descifrar el depósito ancestral con solo haber aprendido a leer. En segundo lugar, el escrito hace advenir el concepto que ya no cambia y que permanece idéntico a sí mismo. Permite pasar de lo particular a lo universal. La trascripción suprime la palabra del hablante y la pone fuera de su flujo. Desenganchada de su emisor, se autonomiza: absolutiza. En las sociedades animistas, orales, el contexto enclava. No hay Ley sino costumbres. No hay Absoluto sino que todo es Relativo. Y, sobre todo, elegir lo escrito, más bien que la imagen, es parar en seco el culto a los ancestros: la quintaesencia del Animismo.

 

El dinero

 

Otra vez, los hijos de Abraham no son los únicos que han manejado la moneda; pero su manejo, tendiente hacia la abstracción: ser equivalente general (como su Dios), es el que ha llegado hasta nosotros y, ahora, como que culmina su ultima ratio: el dinero produce dinero; se ha desenganchado de la tierra, el trabajo e, incluso, de la propiedad privada. Es pura especulación: el grado más alto de la fe, la creencia y la confianza.

 

En efecto, el Capitalismo requiere de la Fe para funcionar: crédito, fondo fiduciario, fidelidad del cliente, confianza en los mercados. La menor duda pone en riesgo el sistema: fugas bancarias sobre rumores. Funciona como una religión cultual, no dogmática: sus fieles pueden creer lo que quieran: libre mercado, economía socialista planificada, economía social de mercado … pero todas ellas tienen que cumplir sus reglas: buscar el interés, la plusvalía y apropiársela, privada o estatalmente. El Capitalismo no puede parar; debe crecer continuamente, so pena de sucumbir. Por ello debe endeudar continuamente a sus fieles; sin endeudamiento no hay crecimiento económico. Por tanto, juega sobre el eje del Tiempo y apuesta al futuro: a la esperanza de llegar a ser ricos. Otra virtud teologal. Es competitivo por diseño: uno gana y el otro pierde. Para ello ha desarrollado un mecanismo realmente sofisticado: el crédito y las tasas de interés, para drenar la riqueza producida en la base social de la pirámide y llevarla, sin que nadie se percate, a la cúspide cleptocrática de la misma. Por eso, el Dios concreto del Capitalismo debe permanecer en el misterio a imagen y semejanza del Dios abstracto del Monoteísmo. El banco es su santuario, Wall Street es su Sancta Sanctorum, los economistas sus sacerdotes y los corredores de Bolsa sus misioneros. El Capitalismo para lucrar tiene que producir objetos no necesarios y, para ello, ha diseñado dos dispositivos. Uno suave: la Publicidad, para engatusar a los consumidores [23] y otro terrible: la Guerra. El complejo militar industrial es, en efecto, su dispositivo actual de reproducción y dominación global. Sin guerras: destrucción planificada de riqueza activa, no podría seguir produciendo más. Aquí se juntan capitalismo y muerte. Algunos cínicos dicen que la solución a la actual crisis del capitalismo financiero, precisaría de dos guerritas más. No nos olvidemos que las crisis del Capitalismo son cíclicas[24].

 

Angeología

En un modelo vertical, que privilegia la trascendencia, no debiera llamar la atención que se haya desarrollado la idea de Representación y de Mediación, fundamentales para entender la peculiaridad del sistema político occidental, basado en ellas, justamente. Sospecho que la primera metáfora es la de la Escala de Jacob, Génesis, 28, 11-19 que conecta, a través de los ángeles que suben y bajan, la separación abismal entre el Cielo: el trono del nuevo Dios, y la Tierra: la peana donde se agitan sus administradores.

Un segundo complejo simbólico se organiza en la Literatura de los Palacios o Mercabah, cuya joya es un libro pseudo epigráfico llamado Sefer Hekhalot, Libro de los Palacios, justamente. La creación de un Dios invisible y, sin embargo, Todopoderoso precisa de un rostro que le haga visible y sea también poderoso, pero por delegación. Esta suerte de Primer Ministro, en Sefer Hekhalot, es Metratón, llamado también Ángel y Príncipe de la Faz, no por casualidad. El es, en efecto, cabeza: faz, no sólo del gabinete celestial sino de toda la burocracia angélica, con la cual se expresa, simbólicamente, el orden político que se extiende al pie del Trono de Gloria. Metatrón es la entidad más alta y misteriosa, la representación operativa de la potencia invisible que postula este peculiar régimen político. Una especie de Premier con funciones de guía, protector, emisario pero, sobre todo, de vínculo directo entre la invisible Deidad y los visibles seres humanos. Lo interesante del caso es que el único mensaje específico que revela Metatrón, en la literatura donde aparece, está contenida en la fórmula: «Como es arriba es abajo». Esta, en efecto, es la clave para inventar, interpretar y gobernar el mundo. Lo visible desde lo invisible.

El Sefer Hekhalot contiene, además, enseñanzas sobre el orden universal, los ciclos cósmicos, los nombres de poder nacidos de un Nombre impronunciable, así como revelaciones sobre las proporciones y módulos del universo; por cierto, como en otras tradiciones. Pero he aquí como lo típico de la invención judía es la forma como se genera el poder político: “la corona”, brota: de “la letra” y administrar ese poder implica escribir: lo legislativo, leer: lo ejecutivo e interpretar: lo judicial. Veamos una cita.

“Rabí Ismael dice: el ángel Metatrón, el Príncipe de la Faz, lustro del cielo más alto, me dice: A causa del abundante amor, de la gran compasión con la que el Santo, bendito sea, me ama y me quiere, más que a todos los niños de las alturas, él escribió con su dedo, tal como una pluma de llama, sobre la corona ceñida encima de mi cabeza, las letras por las cuales han sido creados el cielo y la tierra, las letras por las cuales han sido creados los mares y los ríos, las letras por las que han sido creadas las montañas y las colinas, las letras por las cuales han sido creadas las estrellas y las constelaciones, los relámpagos, los vientos, los truenos, los sonidos del rayo, la nieve, el granizo, el huracán y la tempestad las letras por las cuales han sido creadas todas las cosas necesarias al mundo, todas las disposiciones del principio sin excepción. Cada letra nace, golpe sobre golpe, como una aparición de rayo, golpe sobre golpe como una aparición de antorcha, golpe sobre golpe como una aparición de llama de fuego, golpe sobre golpe como una aparición de la salida del sol, de la luna y de las estrellas”.

Gobernar, en este modelo, es despachar en Palacio. Un gobernante que se pase el tiempo montado a caballo, no gobierna, reina, en el mejor de los casos. Esto también ya está escrito:

“Después, Metatrón se sienta en las alturas celestes durante tres horas cada día y reúne todas las almas (…) El los transporta bajo el Trono de la gloria y los hace sentar a su alrededor por clases, por compañías y por grupos, y les enseña la Torah, la sabiduría, la aggadá, la tradición (…) Pues en verdad, Metatrón es también el encargado de anunciar al ángel de los archivos, el que guarda en el maletín los escritos y el Libro de las memorias que el Santo, bendito sea, lee cada día ante los escribas del gran Tribunal situado en la altura del Firmamento, así como también se hace abrir el libro de los vivos y el de los muertos; por lo que desde la inmutabilidad del Principio Supremo, el mundo se renueva a cada instante por medio de la Palabra de la que Metatrón es guardián y emisario”. Casi como en “Aló, Presidente”.

Un tercer complejo simbólico que narra, como en un fractal, las consecuencias de este tipo de sistema político, basado en intermediarios, es el Libro de Henoc, escrito entre los siglos III y I a C. Allí se narra la caída de esta burocracia celeste, que se corrompió, aprovechando de su función, y empezó a explotar y oprimir a la gente, destruir los ecosistemas, inventar guerras; buscar desaforadamente el oro, la vanidad, la brujería, la fornicación y el engaño. Buena parte del libro se dedica a denunciar a los opresores y reyes de la tierra y anuncia su derrota final: «Este castigo con que son castigados los ángeles es un testimonio para los reyes y los poderosos que poseen la superficie de la Tierra» (67:12; 2 P 2:4). «Desgracia para los que edifican la iniquidad y la opresión y cimientan sobre el fraude, porque serán derrumbados de repente y no habrá paz en ellos… Habrá un cambio… los justos serán victoriosos» (50:1-2). «Desgracia para vosotros ricos, porque os confiáis en vuestras riquezas, seréis privados de ellas» (94:6-8). Sorprende la actualidad de este apócrifo de la era inter testamentaria [25]. No otra cosa, por cierto, sentimos muchos y, últimamente, los Indignados europeos y los Okupas de Wall Street, lo han amplificado al poner en escena estos sentimientos. La historia se repite.

Un personaje estratégico, a este propósito, porque moldeó el imaginario organizacional de Occidente, fue el neoplatónico Dionisio Areopagita, siglo primero, miembro del Areopago ateniense, convertido por Pablo de Tarso al cristianismo. También un pseudo epígrafo. Tenemos de él 4 Tratados. Uno Sobre los nombres de Dios, donde investiga la esencia y los atributos de ese Dios oculto y todopoderoso. Sobre la teología mística, en el que trata de las relaciones de ese Dios con el hombre, en el nivel individual. Sobre la jerarquía celestial, en el que trata de esas relaciones, pero a nivel político. Aquí retoma la figura de los Ángeles, los mediadores. Los agrupa en tres tríadas con tres coros cada una: la primera, está compuesta de Serafines, Querubines y Tronos: digamos los consejeros de Estado; la segunda, está compuesta por las Virtudes, Dominaciones y Potestades: digamos los gobernadores del territorio; la tercera, por los Principados, Arcángeles y Angeles, digamos los servidores que atienden al público. Y un último Tratado Sobre la jerarquía eclesiástica, donde ese patrón organizacional celeste lo usa para organizar a la terrenal iglesia. Su obra fue traducida al latín, en el siglo IX, por Juan Escoto Eriúgena e influyó poderosamente en la construcción del imaginario organizacional europeo. Max Weber y sus seguidores utilizarán ese mismo patrón para crear el tipo ideal para la organización burocrática del Estado Moderno [26]. No debiera llamarnos la atención que nuestros animistas, en función de gobierno, estén muyta-muyt´a, dando vueltas y más vueltas alrededor de ese vacío, lleno de ángeles burocráticos [27].

Obviamente, siguiendo la grilla cuántica: “materia / anti-materia”, lo angélico exige lo diabólico: narcotráfico, paraísos fiscales, trafico de armas, trata de personas, comercio de órganos humanos, “cárceles secretas”, servicios de inteligencia, Gastos reservados … No abundaré en ello. Sólo una apostilla: cómo los ángeles y demonios de la Diablada orureña en vez de pelear, bailan y terminan rendidos ante la Mamita del Socavón: lo uránico se postra ante las fuerzas ctónicas de la Pachamama. Genial. Este es un atisbo de cómo, por cierto, el animismo amerindio metaboliza lo monoteísta.

Ideología

Las ideologías, desde la Revolución francesa, se organizan en izquierdas y derechas, progresistas y conservadores, socialistas y liberales, demócratas y republicanos, revolucionarios y nacionalistas, indianistas e indigenistas y, buscando el medio, demócratas cristianos y kataristas. Y, a ambos extremos, sus radicales: comunistas, fascistas y guerrilleros. Lo que no se dice, empero, es que la forma mentis de estas posiciones ideológicas, que animan el sistema político occidental, se cocinó fundamentalmente en la época inter testamentaria: siglo V a C hasta el siglo I de la era común. Las dos principales escuelas de pensamiento político fueron, una: la liberal, la de los Fariseos y, la otra: la de los Saduceos: los conservadores. Hasta ahora, sin saberlo, se siguen trasegando esos arquetipos políticos.

Fariseos

Los Fariseos, פרושים perushim, de parash que significa «separar» (ojo: Función Partícula) atribuían su inicio al período de la cautividad babilónica (587536 a C.). Algunos sitúan su origen durante la dominación persa. Se definieron como partido durante la revuelta de los Macabeos contra los invasores sirios (167165 a. C.). Fueron coetáneos de Saduceos, Esenios y Zelotes. Todos ellos, en efecto, hacen al sistema ideológico occidental y se rigen por el Principio de no-contradicción. Por eso siempre se están peleando entre sí. Así nomás es en este sistema.

A diferencia de los Saduceos, lograron que sus interpretaciones fueran aceptadas por la mayoría de la población. Por ello, tras la caída del Templo los Fariseos tomaron el control del judaísmo y transformaron el culto. De los antiguos Fariseos surgió la línea rabínica ortodoxa de los doctores de la ley (origen de lo que, ahora, llamamos Intelectuales) que fue la que redactó los distintos Talmud [28].

Los Fariseos fueron reformistas, pragmáticos, razonables, flexibles: tecnócratas. La política farisea consistía en cumplir las reglas del juego: la observancia de la ley escrita, sin descuidar la ley oral, para darse un margen de maniobra hermenéutico, de tipo relativístico y contextual. Así, por ejemplo, si un Sábado, una persona está en peligro de muerte, un Saduceo la dejaría morir antes de violar el Sábado; en tanto que un Fariseo la ayudaría con el razonamiento siguiente: “Se puede y debe profanar el Sábado para salvar a una persona. Si sigue vivo podrá observar muchos Sábados más”.

En cuanto a las ideas, tomaron de los hasidim la teoría de los ángeles (: la arquitectura de una organización compleja) y la hipótesis de la resurrección, que era coherente con una visión compleja, a diferencia del reduccionismo saduceo que no la aceptaba. Se interesaron por asuntos de dieta: la pureza de los alimentos, es decir, asuntos que tienen que ver con calidad de vida, aquí y ahora. Se oponían a los grupos apocalípticos que soñaban con la pronta instauración del reino de Dios (la Revolución). Otra característica farisea es que sembraron las semillas de lo que, ahora, llamaríamos un hombre secular, un señor de mundo, un tipo culto: escriba; un intelectual: rabbi. No es ajeno al talante fariseo, hasta ahora, cierto pesimismo y cierto dejo de lucidez y cinismo: “Sí, somos el pueblo elegido de un Dios todopoderoso, pero no se nota para nada”: Samuel Halevi.

Los liberales actuales siguen este patrón político, casi sin variaciones. Esto se llama Larga duración.

Saduceos

El nombre de los Saduceos, צדוקים, tsedduqim, proviene de una palabra que, por un lado, significa rigor, justicia, rectitud (ojo: otra vez la Función Partícula) y, por otro lado, alude a la descendencia del Sumo Sacerdote Sadoq (Ezequiel 40: 46). Pudieron haberse originado como un partido político en el siglo II a C. y cesaron de existir en algún momento después del siglo primero de la era común. Aunque pocos de sus propios escritos se han preservado hasta hoy (como la derecha actual: no escribieron), parece que fueron un grupo de sacerdotes, asociados al Templo de Jerusalén. La mayor parte de lo que conocemos sobre los Saduceos, proviene, igualmente, de Flavio Josefo, que escribió que eran un grupo belicoso, rico, poderoso y les consideraba, no se sabe si por ello mismo, groseros en sus interacciones sociales.

Los Saduceos fueron terratenientes conservadores, nacionalistas hasta la xenofobia, fundamentalistas, ritualistas, legalistas, partidarios de la ley del Talión, pero también, cuando se terciaba, colaboracionistas que se sometían al poder extranjero, ya fueran griegos o romanos, y adoptaban sus modas y cultura, por lo que eran muy odiados por los Zelotas. Esta sumisión al poder extranjero les permitía, empero, tener los cargos públicos más importantes y, cuando pudieron, fueron expansionistas y colonizadores. En la época de Jesús, se encontraban muy menguados en su poderío, ya que los romanos les habían quitado el poder político y parte de su poder religioso; además, habían perdido su influencia religiosa ante el pueblo. Casi todos ellos residían en Jerusalén.

En cuanto a las ideas, los Saduceos negaban la inmortalidad del alma, la resurrección y la existencia de los ángeles. Según Flavio Josefo no aceptaban la predestinación y enfatizaban en el libre albedrío (“la libertad de elegir”: Milton Friedman) para escoger entre el bien y el mal. Rechazaban las interpretaciones alegóricas y simbólicas de la Torah y preferían la lectura literal. Así mismo, rechazaban las tradiciones orales que mitigaban los castigos más duros o intentan prevenir faltas no intencionadas. Sostenían que Dios premiaba a los hombres buenos en esta vida y señal de esa preferencia divina era la riqueza.

Los conservadores actuales siguen este patrón político, casi sin variaciones. Esto se llama Larga duración.

Zelotas

El nombre Zelota proviene de קנא, «celar», qanaim, y se refiere al celo que tenían dizque por Yahvé. Fueron un movimiento político nacionalista, fundado por Judas el Galileo, poco después de nacer Jesús.

Los zelotas fueron los guerrilleros y terroristas de su época, intransigentes y radicales. La izquierda etarra o las FARC de entonces, por así decir. Se enfrentaron a Fariseos y Saduceos, acusándolos de tener más bien «celo por el dinero». Algunos historiadores los consideran como uno de los primeros grupos terroristas, ya que utilizaban el homicidio de civiles que, a su entender, colaboraban con el gobierno romano, para disuadir a otros de hacer lo mismo. Dentro del movimiento zelota, una facción radicalizada conocida como los sicarios, se distinguió por su particular virulencia y sectarismo. Su objetivo era una Judea independiente del Imperio Romano, mediante la lucha armada tal y como sucedió en la Gran Revuelta Judía del 6673 durante la cual controlaron Jerusalén hasta que la ciudad fue tomada por los romanos, que destruyeron el Templo y, tres años más tarde, ocuparon la fortaleza de Masada, el último refugio zelota, tras el suicidio, por cierto, de sus defensores.

Robert Eiler ha creído descubrir un vínculo entre el cristianismo naciente y los zelotas, nacionalistas fanáticos. Este autor ve un mensaje cristiano inicial que correspondería al de un mesianismo político tendiente a instaurar el reinado de Jesús, en caso necesario, en una Palestina libre de romanos e idólatras. Uno de los discípulos de Jesús provenía posiblemente de este movimiento, pues es designado como Simón el Zelota en el Evangelio de San Lucas. Se ha especulado, así mismo, con que Judas Iscariote fuese «Judas el sicario». Sin embargo, en el Testamento en Galilea de Nuestro Señor Jesucristo, evangelio apócrifo etíope, se menciona a Judas como zelota (capítulo II, versículo 12) y se le reconoce como hijo de Simón el cananeo o el Canaíta. El nombre de Iscariote sería un apelativo derivado de ishi-karioth, hombre de la sica, el temible puñal curvo de los sicarios [29].

Otro patrón político inquietantemente contemporáneo. Larga duración

Esenios

Los Esenios [30] eran una secta judía, establecida probablemente a mediados del siglo II a C., tras la revuelta armada de los Macabeos, que apoyaron pero que, al fracasar, se retiraron al desierto, para «preparar el camino del Señor», bajo el mando de un nuevo líder, el Maestro de Justicia. No quisieron saber más de la política activa y la lucha armada. Sobre el origen de la palabra esenios se han tejido varias hipótesis: puede provenir de la palabra «santos» en griego ὅσιος ossa, o ser una referencia a «los piadosos» hasidei, en arameo hesé; o venir del hebreo, osei hacedores (de la Ley), eça: consejo o assayya sanadores o terapeutas.

En cuanto a sus ideas fueron una secta mesiánica y apocalíptica que aguardaba la restauración de la línea davídica en el trono de Israel. Ese Mesías davídico fue llamado el Cetro. Eran dualistas radicales: el mundo estaba dividido entre los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas; lo que el presidente Bush llamara, veinte siglos más tarde, “la lucha del Eje del bien contra el Eje del mal”. Es la misma forma mentis. Los sectarios de Qumran se reconocían a sí mismos como el “grupo” puro de Israel: los consecuentes, como nuestros trosquistas y elenos actuales. Su misión principal era preparar el advenimiento del Mesías: la sociedad comunista, viviéndola de antemano (como la Colonia Piray de los años Setenta: una vía farmer al comunismo). Así, si alguien deseaba ser militante debía ser instruido previamente en esa escuela de cuadros para, luego, ser aceptado en esa comunidad de base. A los que entraban, se les exigía una vida dedicada al estudio de la Ley. Sus bienes pasaban a ser parte de toda la comunidad y, al igual que los frutos del trabajo personal, se distribuían según las necesidades de cada uno, dejando una parte para auxiliar a pobres, viudas, huérfanos, forasteros y esclavos fugitivos.

Se ha especulado con que Jesús de Nazaret y Juan el Bautista tenían relación con ellos o incluso pertenecían a la secta. Ernest Renán llegó a escribir que «el cristianismo fue en gran medida el esenismo triunfante».[31]

Otro patrón político inquietantemente contemporáneo. Larga duración

Así, pues, estos son los patrones mentales del contenido judío del sistema político actual, con casi ninguna variación, lo cual es en verdad asombroso. La forma griega, en cambio, sí ha ido complejizándose y convirtiéndose en cada vez más inclusiva.

 

 

Los Andes: la complementariedad de lo vertical y lo horizontal

 

Veamos, ahora, el modelo político andino que no es tomado en cuenta, para nada, por nuestras ciencias políticas. El modelo político occidental está diseñado para reducir la incertidumbre, emborrachando la perdiz a sus ciudadanos, no para navegar por ella en un toma y daca continuo, como exigen los andinos. Ahora bien, a diferencia del modelo occidental, donde lo vertical (Jerusalén) y lo horizontal (Atenas) se yuxtaponen, pero, por diseño, no buscan hacer sistema, el modelo andino, al contrario, por diseño, se basa en la correspondencia del eje vertical y la complementariedad del eje horizontal. Eso implica que su diseño se sustenta en el Principio de Relacionalidad, a diferencia del modelo occidental que, también por diseño, se basa en la no-relacionalidad. No por casualidad, en efecto, la unidad mínima de sentido político es el individuo, en un caso, y, en el otro, la pareja: el jaqi. A este sistema político le llamo Diarquía [32].

 

Para no perderme en los detalles, echo mano de diagramas y grillas de lectura. El del árbol sefirótico (más antropocéntrico) también me serviría en este caso, pero prefiero usar una grilla local: la chakana[33] del Koricancha (más cosmomórfica), debida a Pachakuti Yamqui [34].

La casa cósmica

 

La representación gráfica del universo tiene la forma de una casa, indicando que todos pertenecen a una sola familia bajo un mismo techo. Fuera de la casa no hay nada; dentro, todo está relacionado a través de dos ejes: arriba / abajo, derecha / izquierda. En el centro del diagrama se encuentra la Chakana de cuatro estrellas, en forma de cruz, orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. A una de las estrellas llama Saramama y, a la otra, Kokamama. La coca y el maíz, como se sabe, juegan un rol decisivo en la economía reciprocitaria y ritual de los Andes. Su lugar en el diagrama subraya el rol comunicacional y articulador de la coca y el maíz (en cuanto chicha) como Chakana: como puentes que comunican y conectan los cuatro extremos de los dos ejes.

 

El Taypi

 

En el eje vertical, que separa / conecta la izquierda y la derecha, vemos por encima un Óvalo vacío con la significativa inscripción: Wiraqocha Pachayachactiq. Wira: energía, calor, fuego; Qocha: fluidez, humedad, agua; Wiraqocha: energía fluida; fuegoagua. Pa: dos; Cha: energía primordial; Pacha: complementariedad de las dos energías primordiales antagónicas: tiempo / espacio; Ya: misterio, oculto, desconocido; Cha: energía: Yachay: enseñar la energía de lo desconocido. Por tanto, Wiraqocha Pachayachactiq vendría a significar algo así como “La enseñanza de la complementariedad de opuestos (agua y fuego) a través de la energía fluida del espacio-tiempo”[35]. Wiraqocha puede leerse también como el andrógino: macho-hembra: fuego-agua.

 

Por debajo de la Chakana central se encuentra la pareja humana: el qhari, varón, a la izquierda y la warmi, mujer, a la derecha; pero como están mirando al espectador, el lugar cósmico de lo masculino es la derecha, paña, y de lo femenino la izquierda, lloq´e. Al lado del Óvalo Wiraqocha aparecen Inti, el sol, a la derecha, y Killa, la luna, a la izquierda, correspondiendo con el varón y la mujer respectivamente.

 

Debajo del vértice de la casa, hay otra Chakana en forma de cruz, pero esta vez orientada horizontal y verticalmente, con cinco estrellas, en el cruce de las líneas horizontales y verticales y en las puntas de los cuatro extremos. El comentario de Yamqui: “llamado orcorara quiere decir tres estrellas todas yguales”, da a entender la gran importancia de la Cruz del sur en especial y de la cruz en general como un símbolo extraordinario y adecuado de la relacionalidad, por tanto, de la correspondencia y la complementariedad y, a fortiori, de la reciprocidad.

 

Derecha

 

Vayamos a la derecha, de arriba hacia abajo: Inti, el sol, masculino, señor del día. Debajo: dos constelaciones astronómicas: a la izquierda una qolqa de estrellas menores; a la derecha, una sola estrella llamada ch´aska. Debajo de estas dos constelaciones estelares, Qoyllur o lucero del alba, abuelo. Debajo de estos fenómenos astronómicos aparecen los fenómenos metereológicos: a la derecha, Illapa, el rayo; a su izquierda: K´uychi, el arco iris. Debajo de estos dos fenómenos metereológicos, al lado derecho de la pareja y dentro de un círculo, la Mama pacha, de la que sale Mayu, el rio. Debajo de la Mama pacha, Yamqui ha dibujado una serie de hoyos: las paqarinas, los lugares de donde sale la vida.

 

Izquierda

 

A la izquierda, de arriba hacia abajo: Killa, la luna, lo femenino, la señora de la noche. Debajo de ella, hacia el centro, una estrella sin nombre; probablemente venus vespertina. A su lado, hacia fuera, Poqoy phuy; poqoy significa “época de lluvia” y phuyu significa “nube”: fenómenos metereológicos de naturaleza femenina. Debajo de este símbolo metereológico, al lado izquierdo de la gran Chakana, aparece un felino, probablemente como pars pro toto para referirse al reino animal. Debajo del animal aparece una especie de gota gigantesca, Mama qocha, madre mar. Mas abajo, al lado de los andenes, se aprecia un arbol, Mallki: probablemente también pars pro toto para el reino vegetal. He aquí, pues, los significantes y sus mutuas relaciones.

 

El encuentro de lo vertical y horizontal

 

La línea vertical indica la polaridad entre lo grande, makron, y lo pequeño, mikron. Es la oposición relacional de la Correspondencia: “Así como arriba, abajo”. La línea horizontal indica la polaridad entre lo femenino y lo masculino. Es la oposición relacional de la Complementariedad.

 

El espacio por encima de la línea horizontal es la región llamada hanaq / alax pacha, tiempo-espacio superior, y el espacio por debajo de esta línea es kay / aka pacha, el tiempo-espacio de aquí y ahora.

 

El modelo politico andino

Así, pues, los amerindios andinos perciben el universo y su sociedad compuestos por entidades complementarias pero opuestas: lo masculino y lo femenino, lo alto y lo bajo, lo maduro y lo juvenil, lo nuevo y lo viejo. Todo, pues, tiene sexo: los dioses, el paisaje, las cosas, así como una ubicación en los ejes arriba / abajo, derecha / izquierda. Entre los pares hay equivalencias: lo masculino tiende a ser asimilado a lo alto y a lo frío; lo femenino a lo bajo y a lo cálido; lo juvenil a lo nuevo, a lo salvaje y a la emegencia hacia rriba; lo adulto al órden, la cultura y a lo alto que con la muerte descenderá. Entre cada término de un par hay complementariedad, tensión, competencia y relaciones asimétricas. Cada uno tiene sus propias cualidades que se complementan pero que se oponen con los de su par. Todos: los hombres, los dioses, la naturaleza… compiten, se provocan, juegan, ganan, pierden. Siempre hay alguien que afirma cierta supremacía coyuntural sobre el otro. Esta asimetría es el dinámo del sistema. La identidad entre masculino y femenino, no cabe en esta escuela de pensamiento. Así, pues, la dinámica de la civilización amerindia está basada en la emulación entre pares que se perciben como complementarios pero desiguales.

 

Lo contrario de Occidente que busca la homogeneidad, igualdad como fruto de la unidad: la quitaesencia de su sistema democrático y las políticas de género. Por tanto, en el esquema occidental no hay lugar para el otro, como otro, a no ser que se occidentalice (masculinice: feminismo de los Sesenta) y, entonces, su lugar será subalterno y adjetivo. A eso se llama, en la actualidad, tercer mundo, estados fallidos, simulacros, estados aparentes, etcétera.

 

Una mirada selectiva al medio término, siglo XIII

Democracia convivial y democracia vigilante

 

Como se sabe, la herencia griega, a la caída del imperio romano, como que entra en una nebulosa hasta que es vuelta a visibilizar en la Europa medieval por obra de los traductores de la Escuela de Toledo. La recepción y reelaboración sefardí, por tanto, es estratégica para la comprensión de sus desarrollos e inhibiciones en la historia política europea. Me voy a detener en las figuras paradigmáticas de Moshe ben Maimon y Bonastruc Sa Porta[36].

Siguiendo, esta vez, la grilla cuántica: Onda / Partícula: materia / antimateria, voy a buscar y encontrar ambas energías: bosónica y fermiónica, en la configuración de lo político de entonces y voy a llamar, a la bosónica; convivial y, a la fermiónica (que es la que empezará a imponerse, dando su sello a la comprensión moderna de lo político) vigilante. Desde la perspectiva del Suma Qamaña, voy a reivindicar, pues, la comprensión sefardí de lo democrático como convivialidad y, por tanto, como complementariedad entre el foro interno y el foro externo, entre lo inmanente: la salud de cuerpo y mente y lo trascendente: la visión y, sobre todo, por la genialidad de colocar la Ominipotencia fuera del alcance de los humanos, poniendo coto conceptual, por un lado, a cualquier tentación totalitaria y, por otro, minimizando las soluciones mágicas a las penurias de la vida, aquí y ahora.

Democracia convivial

 

En su Tratado sobre el arte de la lógica, Maimónides divide la ciencia política en cuatro partes: el gobierno de sí mismo, el gobierno de la casa, el gobierno de la ciudad y el gobierno de la nación. Como vemos, propone nada menos que una holoarquía política. No sólo eso, sino que se desmarca de la recepción arábica de Aristóteles, representada por Al-Farabi, que la divide en ética y política, sentando así las bases de la ulterior separación de lo privado: la ética, de lo público: lo político, que llevará a entender dicha ciencia: la del régimen político, como algo externo al hombre y expuesto a la vista de todos; por tanto una ciencia objetiva, inclinada a entender el juicio como discernimiento: la capacidad de la mente para percibir lo correcto y, dejar de lado las emociones. La subjetividad sefardí empezará a desaparecer de la ciencia política.

 

La subjetividad tiene que ver con lo contingente; la objetividad con lo inherente. Maimónides (y aquí se percibe el sello sefardí, marrano, para más señas) valorará lo contingente, lo transitorio, lo cotidiano: la vida buena: vita beata, aquí y ahora. Se impondrá, empero, la otra polaridad, empujada por un cristianismo hiper cinético y belicoso, y, por tanto, la figura del juez irá siendo sustituida por la del fiscal. Maimónides, por el contrario, apostará por el buen juicio, después de una buena siesta, como la herramienta central para la construcción de la convivialidad democrática. Lo cual implica ponderación y huida de los extremos. Tranquilo. Por eso su obra más famosa: Moreh Nevukim traducida ora como Guía de perplejos ora Guía de descarriados, está dedicada a la reivindicación de la metáfora, la alegoría y la paráfrasis de la visión profética, en la que los sueños, la ensoñación, la música, la fantasía creativa (lóbulo neural derecho), son reivindicados como tan importantes como la programación, la exactitud, la puntualidad o la causalidad (lóbulo neural izquierdo). Es decir, prolongará la tradición retórica de la antigüedad clásica, entendida como el ars bene dicendi. Los sefardíes, en efecto, hasta ahora, hablan de la palabra como medicina del alma. Se trata, en efecto, de persuadir al otro; no de vencerle dialécticamente. Esta arma de guerra, por cierto, se estaba afilando en las aulas de la Sorbona, donde la retórica va siendo sustituida por la dialéctica: el arte de vencer lógicamente al otro; pari passu, por cierto, los Cruzados sacaban las lecciones militares de este nuevo énfasis cristiano, matando moros en Tierra Santa.

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El rabí sefardí coincide con Aristóteles en que el hombre es un animal de polis (medinah, en árabe, la lengua en que escribió) pero, a diferencia suya, que ve en la palabra, logos, su diferencia especifica, el se fija en la forma en que nacemos: desvalidos y necesitados: impotentes. Sólo Dios es omnipotente y ello implica aceptar nuestros límites y renunciar a la omnipotencia en este mundo. La política, por tanto, será la ciencia que ponga coto a esa pulsión totalitaria. Podemos condensar así esta visión un tanto ácrata: i) el hombre no es autosuficiente: necesita del otro; ii) ello implica que el primer deber es el de gobernarse a sí mismo y, luego, a los demás; iii) lo que caracteriza al hombre, por tanto, es su capacidad y necesidad, a la vez, de gobierno; iv) ser gobernado significa que alguien con poder le proteja y garantice cobijo, seguridad, afecto, nutrición, orden, presencia; v) gobernar significa controlar recursos y personas, es decir, acumular dinero, descendencia, propiedades y alimentos para que nadie sienta falta; vi) así, pues, todos nacemos en una situación de impotencia y jamás perderemos la necesidad de gobernar y ser gobernados, de mandar y obedecer. Esta es la condición humana y en ello estriba la quintaesencia de lo político.

 

Moshe ben Maimón está cerca de la tradición retórica que conocía tres formas de gestión: la ejecutiva, la legislativa y el buen juicio. En el caso de la tradición rabínica, donde el pensamiento queda siempre abierto a la trascendencia a través de la profecía, el hombre recibe la emanación de la inteligencia divina a través de sueños y visiones. Esta experiencia ha impedido que, en la tradición sefardí, la letargia sea excluida de la experiencia pública. De este modo, los seguidores del Rambam se blindarán contra la tiranía de la dialéctica, que es la que se va imponer, en la Europa nórdica (a través de la tiranía del ejecutivo por razones de gestión) en desmedro, claro, del fuero interno y de lo democrático, como, por cierto, lo pone en evidencia la actual crisis del Euro: el Ejecutivo ya no es elegido, va siendo designado por los banqueros, por razones de gestión.

 

Maimónides era consciente que para lograr la paz del ánimo, la tranquilidad y para evadir el desasosiego, la perplejidad y la confusión, era preciso acceder a ese mundo interno y permitir que allí también pudiera haber un gobierno orientado por la sabiduría. Ello incluía, de modo muy importante, la salud [37]. Un ser humano aquejado por el dolor, el hambre, la sed, el frío o el calor no podrá hacerse cargo de sus emociones, cultivar sus ideas y convivir en paz. Para ello precisa, justamente, de la Ley. El gobierno de sí mismo queda, así, ligado al gobierno de lo público. Por tanto, cualquier desgobierno en la vida privada implica también un desgobierno público. Es la idea andina de que un ch´ulla no puede ser autoridad, pues es el ser jaqi, lo que le da, justamente, el equilibrio subjetivo necesario para gobernar a los demás.

 

Como buen Marrano [38], Maimónides sabía que el mayor sufrimiento de los humanos es el producido por el vivir juntos en sociedades multiculturales y, más aun, si se pertenece a una minoría sin Estado. Por eso, justamente, ha sido interés de los sefardíes el poder influir en la ciencia política, como la encargada de prevenir esos males del modo más sutil posible. Se busca la convivialidad, cierto, pero se es lúcido acerca de la condición humana. En el capítulo XII, de la tercera parte de la Guía de perplejos, rabí Maimón nos recuerda las tres clases de males que una política integral debe tener en cuenta y prevenir: “la primera clase de males es la que viene al hombre de estar sujeto a génesis y destrucción o de poseer un cuerpo”; la segunda comprende “los males que las gentes se causan unas a otras, como cuando abusan de su fuerza” y la tercera comprende “los males que uno se causa a sí mismo por su manera de obrar”.

 

Democracia vigilante

 

Un punto de inflexión en la historia política de Europa lo marca la llamada Disputa de Barcelona que tuvo lugar en julio de 1263 [39]. Por varias razones; una: las brumas ascéticas del Norte irán desplazando la luminosidad mediterránea del Sur que brilló desde el glamour y la bonhomía de Al-Ándalus [40]; otra: se abrirá un nuevo escenario para el judaísmo en el seno de la sociedad cristiana. Con su avance, las leyes reales empiezan a entrar en las aljamas de Sefarad y a ponerse por encima de la Torah y el Talmud. Se pierde cierta autonomía. A esto hay que añadir que la filosofía asquenazí, a la que abre las puertas rabí Bonastruc Sa Porta, conocido también como Najmánides, irá difuminando el legado de Maimónides, basado en el buen juicio como pieza central de la vida pública; en efecto, gracias a los juicios se atendían las contingencias de la vida cotidiana: agravios, tensiones, conflictos, miedos, malestares, supersticiones, terrores infundados… mediante un tejido de juicios en los que se conserva una tradición jurisdiccional, halajá, basada en la leyes de Israel, cierto, pero que, sobre todo, son resultado del consenso entre distintas interpretaciones que resolvían, pragmática y liberalmente, los casos presentados, atendiendo a la contingencia de las emociones, intereses concretos y situaciones públicas específicas: en esto consistía, justamente, lo que llamo la democracia convivial. Esto es lo que se pierde y empieza un lento proceso de asimilación auto forzada a la inquieta, carismática, ejecutiva y belicosa sociedad cristiana, como una estrategia de sobre vivencia.

 

El cristianismo aparece por medio de las nuevas órdenes religiosas, nacidas para predicar y conquistar nuevas almas (y territorios: el An-Ándalus, precisamente) para el reino de Dios. Los dominicos, sobre todo, expresarán este nuevo Espíritu del Tiempo. Las agresivas campañas de cristianización se basaban en dos puntos: i) demostrar que Jesús era el Mesías esperado y que, una vez llegado, el judaísmo debía disolverse; ii) las cruzadas de enrolamiento mostraban las ventajas fiscales, comerciales y sociales de la conversión. Muchos se convierten, efectivamente. Los sefardíes, de ser servus regis, servidores reales altamente calificados: tecnocracia naciente, pasan a ser sometidos a un escrutinio y vigilancia constante y humillante: deben abrir, “con humildad, reverencia y sin calumnia ni subterfugios”, las puertas de sus bibliotecas a los inquisidores dominicos que les “expurgan” y “sanean” sus colecciones y, encima, para mayor joda: “a coste suyo”.

 

Ahora bien, qué duda cabe que la adaptación a las leyes cristianas trae cambios drásticos en la vida cotidiana de las aljamas: deben renunciar a la poligamia, a las relaciones homoeróticas [41], admitir la pena de muerte, reconocer a los notarios cristianos, reconfigurar la vida pública, jurar lealtad al príncipe y a las nuevas patrias que irían surgiendo. Se va militarizando la sociedad.

 

La comprensión cristiana de la vida, que enfatiza el liderazgo, la eficiencia, el entendimiento del saber como poder, introduce, en el foro interno, su visión de la vida como guerra; mientras que, en el foro externo, los campos de batalla, las rutas comerciales, el diseño de las instituciones, la fusión de feudos y señoríos bajo la figura de la Corona, van asentando lo que Javier Roiz llama la “manera gótica de vivir”. Surge un poder reglado, una autoridad cada vez más presente, una autoridad controladora, que va a descubrir el valor del conocimiento como arma para conquistar, vender, colonizar y organizar la supremacía.

 

Ahora bien, estas nuevas ideas, ya metabolizadas, las traerán los rabinos asquenazíes, que huían de los pogromos en Alemania, en concreto Asher ben Yehiel y Shlomo ibn Adret que llegan a Gerona y Barcelona, ciudades que no conocieron el estilo de vida, sofisticado y muelle, de los sefardíes en Al-Andaluz. El mismo Bonastruc Sa Porta, por ejemplo, en su comentario a la Torah, ya da mucha importancia al liderazgo ejecutivo: habla de “hombres capaces de dirigir una gran multitud de gente”: los “hombres de chayil”. ¿Qué es chayl? Najmánides lo explica: “Así, un ish chayl en la administración de justicia es alguien que es listo, se mantiene alerta y es ecuánime; en la guerra, un ish chayl es alguien que es fuerte, se mantiene alerta y conoce el arte de disponer las fuerzas en la batalla; una mujer también es una eiseth chayl cuando está alerta y sabe cómo llevar y administrar una casa (…) un chayl debe tener temor de Dios, ser veraz, odiar la ganancia injusta, ya que es imposible ser hombres de chayl sin estas cualidades”. El buen juicio se va desvaneciendo en el mundo gótico que entra por Gerona.

 

Nos las habemos, pues, con una visión de la política que impone la sumisión al rey como símbolo supremo de poder y que acabará desembocando en el cuis regio, eius religio, de Lutero. Se van insinuando los Estados nacionales. Los pensadores cristianos utilizan la fe para construir un aparato omnipotente que no se sujete a nada ni a nadie; ni siquiera a la ley, ya que la única ley que existe es la que el Estado promulga y sanciona. En la cúspide del Estado, como un dios, los tres poderes se unen inseparablemente: ejecutivo, legislativo y judicial.

 

Los católicos serán cada vez más partidarios de un mundo ejecutivo y dogmático, mientras los reformados apostarán por un mundo, igualmente ejecutivo, pero más moderno, más sagaz y más articulado a la ciencia. Su convicción es que, ahora, el conocimiento es directamente poder. Ya no rige el buen juicio: una manera sutil de evitar la tiranía. La figura de Dios, un gran Juez lejano, irá dejando su lugar a la de un Rey todopoderoso, astuto y cercano. Ya no se trata de un juicio, donde el juez aplica la ley para que, justamente, no haya vencedores ni vencidos. Lo que se busca, ahora, es un líder ejecutivo, dotado de carisma, que establezca un dominio incontestado sobre un territorio cada vez más estable y con orgullo de patria. No previeron el peligro de encumbrar un ejecutivo cada vez más despótico, políticamente, y potente, económicamente. Estaban seducidos por el poder del Uno, esta vez secular.

 

Así, pues esta suerte de democracia vigilante, que preparará el surgimiento del Estado moderno, se caracteriza, de acuerdo a Roiz, por las siguientes características: i) la vida es una guerra incesante; ii) el saber es poder, iii) lo esencial de la vida es el tiempo de vigilia; la letargia está asociada a la pérdida de vida: “Ya descasaremos después de muertos”, iv) el tiempo histórico y la acción humana están sometidos al principio de identidad. El principio contradictorio, que también regía en las aljamas de Sefarad, se refugiará en la Kabbalah.

 

Dicho con pocas palabras: las energías bosónicas van cediendo a favor de las energías fermiónicas. La mano blanda ira menguando en favor de la mano dura.

 

 

Ayllu andino y Estado occidental

A efecto de esta reflexión, no tiene mucho sentido detenerse en la “forma ayllu” en sí misma, máxime si los propios indígenas, sobre todo los que están en el gobierno, no quieren saber nada de él. Descolonizan y despatriarcalizan, dizque, el Estado desde el Estado. ¡¿Qué tal, capos?! Más útil, en cambio, me parece mostrar las interacciones inconscientes del ayllu interiorizado con el Estado concreto que tenemos. Nuestros actuales quid pro quo políticos

 

De todos modos, el ayllu es un sistema de organización del parentesco, la reciprocidad, la generación de riqueza, la ocupación y manejo del espacio, etc. como una red por la que circula la información y la energía en feedback con su entorno y en comunión con el Ayllu de las Waka: la esfera energética de sentido y el Ayllu de la Sallqa: la esfera genésica, no domesticada, con los que el sistema ayllu buca la homoestasis. El ayllu es una suerte de fractal mesocósmico, entre el macrocosmos: la Pacha y el individuo: el microcosmos

Dicho esto, recuerdo que la forma Estado Nación es una franquicia europea y, por tanto, el resultado de una larga apuesta del genio occidental porque no todo sea fluir; es preciso que algo se detenga y dure: sea estático, justamente. La forma Ayllu, por el contrario, favorece el flujo, la disipación de las energías. Que algo se detenga y dure es, precisamente, la enfermedad y, finalmente, la muerte. Un cuerpo está sano, justamente, cuando la energía electromagnética y los líquidos, circulan por el cuerpo en contigüidad con el cosmos.

La forma Estado supone el Monoteísmo, es decir, la especialización en una sola energía, la que procesa nuestro lóbulo cerebral izquierdo; que ha cultivado la experticia de la abstracción: la escritura: el mapa. La forma ayllu, por el contrario, es una red cosmo-biológica por la que circulan conversaciones y emociones que organizan, contextualmente, la toma consensuada de decisiones para la búsqueda de la homeostasis del sistema Vida-Muerte y cuyo efecto: la interconectividad multinivel del sistema: Tercero Incluido, es la Suma Qamaña.

 

La forma Estado congela la duración, la permanencia, lo que no cambia, en la Ley de Moisés, es decir, en la Constitución y las leyes. Estas deben ser promulgas para varias generaciones y deben ser respetadas estrictamente; de otro modo, la ficción de lo absoluto, que no cambia, que dura y permanece, no puede mostrar su eficacia. La forma ayllu se basa en la oralidad, la ritualidad: en lógicas fluidas; por tanto, en un universo cuántico basado en el consenso puntual, ad hoc, siempre revisable, porque el contexto nunca es el mismo, todo cambia, es relacional, depende y, por tanto, es probalístico por diseño.

 

La forma Estado precisa una burocracia profesional que domina la escritura, la abstracción y, por tanto, la previsión. Sin tecnocracia meritocrática no hay Estado que funcione. La forma Ayllu no precisa de una casta profesional para funcionar. Es un sistema donde la información no es reservada: controlada por especialistas letrados, sino pública, abierta y se genera y aprende haciendo, en el seno de la comunidad; se sabe por experiencia; no por fe, como en el sistema monoteísta-capitalista. Todos, por turno, comparten la gerencia de la biosfera. No hay institucionalidad separada, justamente: la dicotomía Estado / Sociedad. Hay Ayllu.

 

La forma Estado es una máquina racional para producir, en la lógica de la fábrica, bienes y servicios a gran escala que el Ogro filantrópico, luego, redistribuirá, ora socialista ora liberalmente. La forma Ayllu es un cuerpo “místico”, orgánico, sistémico, transgeneracional, energético, de doble voltaje, por tanto basado en la reciprocidad y el compartir. La redistribución es consustancial al modelo del Ayni y se efectúa, sobre todo, en la Fiesta que es el gran ecualizador del sistema: su homoestato. Es un modelo de no acumulación: no-desarrollo y, sin embargo, de abundancia de lo bello, necesario e importante.

 

La forma Estado se basa en el individuo: el yo: liberalismo o la suma de individuos: egos: socialismo. El nosotros es adjetivo; se lo prefiere implementar intangiblemente: Cuerpo Místico de Cristo: la Iglesia. La forma Ayllu se basa en la oposición de dos mitades imantadas antagónicamente que se complementan y retroalimentan mutuamente: feedback cosmobiológico. En el Ayllu hay individuo pero, éste, está relativizado por la comunidad y viceversa. Ahora bien, lo que hace masa crítica es la comunidad: el nosotros, no el yo.

 

La forma Estado se basa en la intitulación de la Propiedad, que puede ser privada y pública. La intitulación: la escritura, de la propiedad privada suscita, justamente, la ficción de la Permanencia y de lo Propio en el nivel familiar; por ello suele estar ligada a la filiación patriarcal y a la herencia. Da seguridad: permanencia en la continuidad. La forma Ayllu no conoce el concepto de propiedad (“propiedad colectiva” es socialismo; “propiedad comunitaria” es una contradictio in adiecto) sino el de Usufructo. El regazo de la Madre: la Pachamama, es la que da seguridad ontológica al jaqi que recibe de la comunidad, hasta su muerte, las sayañas que le permitirán, como sentido de la vida y conversación con el tiempo y las estaciones, la crianza de la biodiversidad en el altar de la chacra.

 

La forma Estado se instituye sobre y contra la Naturaleza que es entendida sólo como soporte y proveedora de recursos. El mundo es el mundo de los hombres. Antropocentrismo. La forma Ayllu es el Tercero Incluido de una pluralidad de tinkus cosmobiológicos entre los diferentes ayllus: de la sallqa, de las wak´a, de los jaqi, para suscitar la homeostasis biosférica. No hay separación estado / naturaleza; el Ayllu es parte de la complejidad mega noosférica del sistema vida-muerte. Es parte del Continuo.

 

La forma Estado es consustancial al capitalismo, es decir, una lógica que dispara la dinámica económica a partir del interés privado con el fin de lucrar y así poder acumular para, con ello: ese capital, poder comprar en el Mercado y/o esperar del Estado los bienes y servicios que precisa para su bienestar. Un capitalista estima la riqueza por el tamaño de sus propiedades y su cuenta bancaria. La forma Ayllu se basa en el Ayni, es decir, en una lógica que dispara la dinámica económica a partir de la necesidad del otro, con el cual se trata de buscar una relación que produzca los valores humanos: amistad, alianza, confianza …de modo tal que el donador, al enfeudar al donatario, crea lo contradictorio que permite suscitar la ficción de la reciprocidad y la crecida del don. Un donador estima su riqueza por el tamaño de la red social que logra articular y la mide en el Prestigio que los suyos le otorgan. Algo inmaterial.

 

La forma Estado se basa en la Abstracción impersonal, para lo cual es indispensable el dinero y la escritura. La banca, entonces, hace posible las transferencias invisibles, automáticas y en tiempo real del Fisco a las cuentas bancarias municipales o gobernaciones (como la administración de los sacramentos, por la Iglesia, que redistribuye la Gracia intangible de Dios a la cuenta corriente de cada creyente). Esa abstracción teológica, anónima y neutra, es indispensable para que funcionen las instituciones: baterías impersonales que garantizan la Duración, la Neutralidad y la Permanencia, que detienen el flujo interpersonal y emocional del Ayni y lo inmaterializan en un cheque: un pagaré. La forma Ayllu se basa en la ley del Ayni: en una lógica de lo concreto y una estructura interactiva; es inter-personal, por diseño; acaece cara a cara, en contextos rituales llenos de afectividad y produce feedback por su propia dinámica. Su fin es aceitar la red cosmobiológica, para que fluyan los bienes, emociones, dones, servicios, conversaciones… que alimentan la web cósmica, cuyos nodos son los ayllus.

 

La forma Estado se basa en la ficción de la “Separación de poderes”. Esta ficción es sabia porque impide que, en una institución mecanicista y separada de la sociedad, el Uno (haciendo trampa) controle los demás poderes, sembrando en los adversarios teológicos, políticos o económicos el miedo, primero, luego el temor y, después, el terror y que culminan, primero, en regimenes populistas, luego autoritarios y después totalitarios. La necesaria ficción de la libertad, que se espera de la ficción estatal, desaparecería. La forma Ayllu se basa en el principio de Relacionalidad y, a saber, a diferentes niveles de realidad: waka, sallqa, jaqi; que los seres humanos somos sinapsis de una red neuronal cósmica en la que todo está relacionado con todo y ello proporciona los parámetros de correspondencia y reciprocidad: la Chakana, para interpretar el mundo. No otra es la teoría física del Boostrap formulada por Geoffrey Chew: “(…) la naturaleza no puede ser reducida a entidades fundamentales, como bloques de materia, sino que debe entenderse plenamente a través de la autoconsistencia de sus elementos (…) no acepta ninguna entidad fundamental en absoluto: ninguna constante, ley, ni ecuación fundamental (…) el universo se ve como una red dinámica de sucesos interrelacionados, ninguna de las propiedades de cualquier parte de dicha red es fundamental, todas se desprenden de propiedades de otras partes y la consistencia global de sus interrelaciones, determina la estructura de la totalidad de la red”.

 

Una mirada focalizada al ahora: el Estado Plurinacional

 

 

La Asamblea Constituyente ha desechado la “forma Ayllu”, que tiene la potencialidad holoárquica de entender a la civilización occidental, como su otra mitad complementaria y ha preferido la “forma Estado” que subsume a la civilización indígena como una forma adjetiva de sí misma y, todo ello, en medio de vítores descolonizadores. Clara señal que la colonización cristiana ha sido exitosa.

 

¿Cómo se produce esta obnubilación indígena? Veo razones sintácticas: como los lenguajes amerindios son aglutinantes, basados en radicales, prefijos y sufijos y no conocen sustantivos ni adjetivos (que corresponden a una visión ontológica del mundo; no energética) piensan que éstos son equivalentes. No se percatan, en este caso, que Estado: lo occidental judeo-cristiano, es lo sustantivo: lo importante, en tanto Plurinacional: lo amerindio, es adjetivo: adorno folclórico; otra vez los espejuelos de la conquista. Se repite el quid pro quo colonial [42].

 

Razones lógicas: la Indianidad funciona en base al Principio de Relacionalidad, por tanto de la complementariedad de opuestos. Necesitan al otro, como su opuesto, para llegar a la completud del ser; por tanto, quieren todo lo occidental, tal como es; no se hacen ascos; no son críticos; luego, su metabolización, arrojará lo que arroja: un chenko abigarrado: esta es la Indianidad contemporánea: urbana.

 

Razones teológicas: la fórmula “Estado plurinacional” es la traducción política del Principio Trinitario, con el que el catolicismo piensa la relación del Uno y los muchos, es decir, incluyendo a los muchos (las treinta y tantas nacionalidades) bajo el paraguas del Uno: el Estado. Tres personas distintas, sí, pero un solo Dios verdadero: esto es lo sustantivo. Eso aprobaron los indígenas en contra de la fórmula del ayllu: dos mitades distintas, pero complementarias; es decir, la Diarquía. Los sucesos, ya inocultables, que eclosionan, económicamente, con el Gasolinazo, socialmente, con el TIPNIS, políticamente, con la flamante Bancada Indígena, muestran los efectos de su trágica equivocación. El Uno siempre va a tender a fagocitárselos; no es respetuoso de la alteridad, por diseño lógico. Esta es la razón que hace más pertinente la forma Diarquía.

 

El Estado, como el Monoteísmo (cuyo reflejo secular es) se basa en la Separación. De ahí la famosa Separación de Poderes. Este diseño es sustancial para el buen funcionamiento del Estado. El Animismo amerindio (cuyo holón político es el ayllu) se basa en la relación, en el Continuo. Esta idea: todo está interrelacionado, es la que hace masa crítica en Bolivia, desvirtuando las ventajas que trae consigo la separación de poderes de la forma Estado. Si queremos Estado, empero, tiene que haber, en los niveles que competa, Separación, pesos y contrapesos, por diseño.

 

La invención de lo andino

 

Lo andino es una construcción intelectual, cuya fecha más remota quizás sea la que figura al final de Breve soliloquio para una larga despedida [43], escrito “En alta mar: de regreso al país natal” en diciembre de 1972: “Ante el olvido del ser, la memoria del cuerpo; frente al discurso, el testimonio; contra el Estado, el Ayllu; en vez de la revolución, la revuelta; en lugar del cielo y el más-allá: los más-aquís, los ahoras; la palabra clave de la utopía andina: Pacha”. Esta semilla ha ido desplegando su guión, inadvertidamente, desde entonces. Lo andino [44], pues, es una propuesta a la sociedad urbana, católica, marxista: universitaria, por parte de intelectuales occidentales de cómo relacionarnos de otra manera con el mundo indígena: convertir la mezcla de apartheid y multiculturalidad de facto en una interculturalidad de iure. Fue, pues, una propuesta liberal por retomar la fallida alianza entre Zárate Willka y José Manuel Pando [45] en los términos, empero, del Zeitgeist del V Centenario del “descubrimiento” y, para algunos, también de la “expulsión” de los judíos de España: 1492 [46]. En los Andes, una era debía terminar y otra nacer.

 

Algunos objetivos: el más lejano y ambicioso: ir dejando los conceptos parciales de nación, clase, pueblo (absolutizados) e ir asumiéndolos, relativizados, en el de civilización: que es el que nos puede permitir tener una relación democrática de mutuo respeto y afecto: un diálogo entre dos parcialidades antagónicas y, sin embargo, mutuamente complementarias: Occidente y la Indianidad, tanto más cuanto que todos, en distintas medidas, estamos animados por las mismas energías: todo monoteísta esconde un animista reprimido y todo animista tiene un monoteísta admirado-resistido.

 

Procederé, empero, cronológicamente. En los Setenta, INDICEP y los Oblatos canadienses buscan una equiparación de las dos repúblicas: junto a Bolivar y Juana Azurduy, Tupaj Katari y Bartolina Sisa; Jesuitas y Maryknoll intentan una iglesia aymara de base diaconal en Tiwanaku [47] (Iturralde, Pepe H [48], Zalles, Reyes, Baixeras…); se introduce la forma ONG: CIPCA, ACLO, UNITAS (Alegre, Trías, de Waseige) y aparecen los primeros textos fundamentales (Albó, Aguiló, Barnadas, Platt…). De esa sopa primordial nacerá la CSUTCB y, de su seno, el Katarismo: Flores, Cárdenas, Reinaga, Cejas, Gutierrez, Quenta…[49]

 

En los Ochenta, nace HISBOL con un proyecto editorial estratégico que va inspirar y alimentar desarrollos sucesivos, a partir de la Americanística andina (Harris, Bouyse-Casagne, Saignes, Arnold, Spedding, Murra, Troll, Earls, Pániker, Temple, Grillo, Rengifo …) Nace CADA, el thik tank aymara más importante (Yampara, Untoja, Torrez) que va a señalar el Sur: Retorno al Ayllu y, luego, su cogollo: el Suma Qamaña. La revalorización de la agricultura andina, desde la agroecología, vendrá de la mano de AGRUCO (San Martín, Romero, Delgado). La historia oral entrará a cambiar la mirada urbana sobre nuestro pasado reciente a través del THOA (Rivera, Huanca, Mamani, Choque…) ASUR, CENDA, Fundación Illa, apoyarán la etnogénesis y revalorización patrimonial de pueblos realmente olvidados: Jalkas, Raqaypampas, Coromas (Martínez, Cereceda, Molina´s, Regalsky, Calvo, Alva, Bubba) En el Oriente: APCOB visibilizará a chiquitanos y guaraníes (Riester, Zolezzi, Fischermann, Simon). Así mismo se dará el acercamiento del marxismo inteligente con el katarismo, representado en el binomio electoral Genaro Flores-Filemón Escobar. El catolicismo se acercará a dialogar con el animismo aymara: van den Berg, van Kessel, Jordà, Jolicoeur. Y franco tiradores que, afortunadamente, nunca faltan: Fernando Montes, Jorge Miranda-Luizaga, Viviana del Carpio, los hermanos Ostermannn…

 

En los Noventa se prosigue esta ruta desde el Estado, en el contexto neoliberal del Consenso de Washigton y con un apoyo decidido de la Cooperación Internacional [50]. El Fondo de Inversión Social [51] diseñará y ejecutará, en forma piloto, las reformas sociales de primera generación y fomentará el multiculturalismo en la educación fiscal. Luego el proceso de Participación Popular [52], llevará a cabo la operación más importante de empoderamiento político de la Indianidad: municipios, y de transferencia de recursos financieros: proyectos, de la historia republicana de Bolivia, teniendo a las ONG como las entidades ejecutoras más importantes. En el apogeo de las políticas globales de Alivio a la pobreza [53], Diálogo Nacional 2000, se introduce el concepto de Municipio indígena [54], y de suma qamaña desde la cooperación alemana [55]. Las ideas de los Ochenta se van convirtiendo en herramientas de gestión pública en los Noventas. Este operativo de empoderamiento de la Indianidad, políticamente, culmina con la victoria electoral de Evo Morales. No conozco, en el mundo, un caso semejante en el que el sector de las ONG haya sido tan eficiente y eficaz: cumplió todas sus metas y objetivos.

 

La Asamblea Constituyente

La invención de lo andino, la postulación de un imaginario para convivir interculturalmente, cobra espesor político en la Asamblea Constituyente y no sólo espesor sino que se torna hegemónica, discursivamente, ayudada por una oposición católica, de tierras bajas, urbana e imbécil que coadyuva a minimizar, involuntariamente, la visión desarrollista: extractivista e industrialista [56], de un cierto marxismo estalinista y zelota, agazapado durante la “larga noche neoliberal” y ahora en el Poder, desde donde obstruyó, leninistamente, todo lo que pudo. Aprobada la nueva Constitución y los originarios, empezando su muyta-muyt´a burocrática, la facción desarrollista empieza a revertir lo plurinacional, ora sutilmente ora brutalmente. Primer gran paso: revolucionarios masistas y reaccionarios adenistas, todos blancos, urbanos y católicos, se juntan para llevar a cabo una operación quirúrgica, de alta precisión y sofisticación jurídica, para continuar extirpando, esta vez puntualmente, la idolatría amerindia de la Constitución [57]. Paso dos: se deja de lado la sofisticación letrada y al modo sindical más genuino, se atropella a los indígenas del TIPNIS que sólo demandan respeto a la Constitución. Otra vez, blancos oficialistas y blancos opositores, se vuelven a unir, entre gallos y media noche, para derogar la Ley Corta del TIPNIS. Los extractivistas de todo pelaje político se juntan contra los pachamamistas, también de todo pelaje. Atrás quedan los denostados tiempos neoliberales de respeto y benevolencia mutua, en el mejor de los casos, y, en el peor: de solo guardar las formas de urbanidad.

 

Es obvio, que la actual Constitución no refleja adecuadamente lo que es el país. Asentados los sedimentos que enturbiaron las aguas de la Asamblea. Constituyente, hoy tenemos que hacer una lectura ya no basada en el Principio de No-contradicción, sino, justamente, en el Principio Contradictorio, pues, eso, es lo que somos. ¿Qué es lo contradictorio, ahora; cómo se manifiesta?

 

La persistencia del imaginario de la Reforma Agraria

 

Una vez en el poder, los campesinos han hecho emerger (contra lo “andino-amazónico” de la Constitución) la “Agenda del 53”: propiedad privada de la tierra, por tanto, mercado de tierras, ampliación de la frontera agrícola, colonización de nuevas tierras, mecanización de la agricultura, priorización de monocultivos de alto rendimiento: varias cosechas anuales y altos precios en el mercado mundial, subsidios al diesel, semillas transgénicas, carreteras de penetración, extractivismo minero y forestal, industrialización desde Estado, sacarle el jugo a la informalidad: contrabando y narcotráfico, haciéndose el cojoro, ciudadanía plena: ser bolivianos con poder político y económico, etcétera, ante el escándalo de las Izquierdas que habían interiorizado, superficialmente, el discurso de lo andino, ahora también amazónico, es decir, siguiendo el Principio de No-contradicción; vale decir, si se es pachamámico no se puede ser extractivista y viceversa. Esto, por cierto, es lógica de izquierdas; no lógica andina [58]. Los amerindios (campesinos e indígenas) son contradictorios por diseño lógico: quieren suma qamaña y desarrollo, reciprocidad y capitalismo, ch´allas y misas, ayllu y Estado; las dos cosas. Esto es lo digno de pensarse ahora y, sobre todo, de discernir y dosificar, de acuerdo a tiempo-espacios específicos. Hay que afirmar ambas energías y acordar, según el cuius regio eius religio, territorialidades de pertinencia para cada civilización, según masa crítica. Este desafío intelectual nos debe volver a convocar a todos y dejarnos de atacar y pelear por ilusiones, encima fallidas.

 

Lo andino ha cumplido sus objetivos: posicionar políticamente a la Indianidad. Ahora, propongo enterrarlo dignamente, siguiendo el consejo de Wittgenstein: “tirar la escalera después de haber subido”: Tractatus 6.54 [59]. Es urgente, pues, dar el paso siguiente: tejer la complementariedad de lo occidental judeocristiano y lo amerindio animista que, como en fractal [60], todos ya llevamos dentro. Ese Holón íntimo, que todos conocemos por experiencia, tenemos que ampliarlo, políticamente, a diferentes escalas: micro, meso y macro. Pero, para ello, en vez de leer El Capital o peregrinar a La Higuera, hay que hacer yoga y meditación Vipassana: otear hacia dentro. Como es adentro será afuera.


[1] Cf. Javier Medina, Ch´ulla y Yanantin. Las dos matrices de civilización que constituyen a Bolivia. La Paz: Garza Azul Editores, 2008

[2] Véase: “Kabbalah: la interfase occidental para dialogar con el animismo amerindio” en: Mirar con los dos ojos. La Paz: Garza Azul Editores, 2010, 65-88.

[3] Cf. “El nuevo paradigma cuántico” en: ¿Qué Bolivia es posible y deseable? Sucre: PADER / UASB, 1999, 133-148

 

[4] Cf. “Chakana: la interfase amerindia para dialogar con el monoteísmo occidental” en: Mirar con los dos ojos. La Paz: Garza Azul Editores, 2010, 95-110.

 

[5] Los textos más tempranos que describen el árbol sefirótico son el Bahir, el Sefer Yetzirah, el Sefer Raziel Hamelech y el Zohar

[6] Taypi menta el espacio intermedio donde se encuentran las energías antagónicas

[7] Tink´u es la tecnología simbólica que posibilita el encuentro de energías antagónicas para su complementación y producir el Tercero Incluido

[8] Nomenclatura de Lupasco: E: evenement; T : Tercero incluido; no-e: lo contrario de E.

[9] Un holón es algo que es, a la vez, un todo y una parte. La palabra fue acuñada por Arthur Koestler en su libro: The Ghost in the Machine. London: Hutchinson, 1967.

[10] La idea es que el Kosmos está compuesto de holones, es decir, de totalidades/partes. Los holones comparten características fundamentales; por ejemplo: individualidad, comunión, trascendencia, disolución. Los holones emergen holoárquicamente. Cada holón que emerge trasciende e incluye a sus predecesores. Lo inferior establece las posibilidades de lo superior y lo superior establece las posibilidades de lo inferior. El número de niveles que comprende una jerarquía determina su profundidad y el número de holones determina su amplitud. Cada nuevo nivel emergente de la evolución tiene mayor profundidad y menor amplitud. Si se destruye o desaparece un holón, también desaparecerán todos los holones superiores a él conservándose únicamente los holones inferiores a él. Las Holoaquías evolucionan. Lo micro está en relación con lo macro en todos los niveles de su profundidad. La evolución es direccional: avanza hacia una mayor complejidad, diferenciación e integración. La Organización va en aumento; la Autonomía relativa es creciente así como su Telos. Cf. La trilogía del Kosmos , de Ken Wilber.

[11] Cf. Otto von Gierke, Johannes Althusius und die Entwicklung der naturrechtlichen Staatstheorien. Aalen: Scientia Verlag, 1981.

[12] Leer el libro de Riane Eisler, El cáliz y la espada. Santiago: Cuatro Vientos Editorial, 1990

[13] Véase Richard Evans Schultes y Alberto Hofmann, Plantas de los dioses. Orígenes del uso de los alucinógenos. México: FCE, 1982.

[14] Véase mi síntesis “La desmatriarcalización del mundo mediterráneo: la filosofía griega” en: Mirar con los dos ojos. La Paz: Garza Azul Editores, 2010, 13-18.

[15] Plutarco,Obras Morales y de Costumbres. Madrid: Editorial Gredos, 1992

[16] Leer Dominique Temple, “Ética a Nicómaco: una teoría de la reciprocidad simétrica”, en: Teoría de la Reciprocidad, tomo I, La reciprocidad y el nacimiento de los valores humanos. La Paz, GTZ-padep, 153-179.

[17] Kart Polanyi, CM Arensberg, HW Pearson, Trade and Market in the Early Empires. Economics in History and Theory. New York: The Free Press, 1957.

[18] Ken Wilber desarrolla esta idea en: Sexo, ecología espiritualidad. El alma de la evolución. Madrid: Gaia Ediciones, 1995.

[19] Arthur Lovejoy, The great chain of being. Cambridge: Harvard University Press, 1936

[20] Remito a mi síntesis “La patriarcalización del mundo semita: el monoteísmo abrahámico”, en Mirar con los dos ojos, para tener un pantallazo general.

[21] Véase la carátula de mi libro Ch´ulla y Yanantin donde reproduzco las estatuillas del dios El y la diosa Asherah

[22] En Crítica de la razón política. Madrid, Cátedra, 1983, página 17, Debray narra cómo en la cárcel de Camiri empieza su reflexión sobre lo político que, décadas más tarde, le llevará a escribir Dios. Un intinerario, México: Siglo XXI editores. Los dos textos, para mi, más importantes que se han escrito, si se trata de entender de qué va el poder: lo político, en Occidente. Los recomiendo calurosamente a las nuevas generaciones, para quienes escribo estas sugerencias para pensar.

[23] Recomiendo el libro de Bruno Ballardini, Jesús lava más blanco. Cómo la Iglesia inventó el marketing. Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2007. Tenemos que ser concientes que sin Publicidad el Capitalismo no funcionaría. Ver el cuadernillo Nº 2 del Círculo Achocalla. El futuro será Reciprocidad con elementos del capitalismo.

[24] El concepto de crisis cíclicas proviene de Karl Marx que llegó a la conclusión de que el enorme poder inherente al sistema fabril y su dependencia de los mercados, necesariamente lleva a un incremento de la producción que los satura, disminuyendo los precios y produciendo la paralización de la producción; en una repetición de periodos de actividad moderada, prosperidad, superproducción, crisis y estancamiento. Cf. Karl Marx, El Capital, III. México: FCE, 1959,213-263.

[25] Véase Alejandro Diez Macho, Apócrifos del Antiguo Testamento, IV: Ciclo de Henoc, Madrid: Ediciones Cristiandad, 1984

[26] Max Weber, Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva. México: FCE, 1964. Así mismo: Gesammelte Aufsätze zur Religionssoziologie, 1920.

[27] Este tema es tabú en Bolivia. Se piensa que la descolonización del Estado significa: este mismo Estado, solo que ocupado por indígenas. Es la postura oficial del Viceministerio de Descolonización. Una evaluación del paso de los intelectuales indígenas y “para-indígenas” (la expresión es de Simón Yampara) por la administración pública, muestra que casi toditos fueron echados por no haber podido cumplir sus competencias. Claro, al día siguiente, todos amanecieron críticos del Proceso y pro-tipnistas. Entre tanto, los movimientos sociales siguen exigiendo la indigenización del gobierno. Da que pensar. Alguna razón tendrá el Presidente para preferir cada vez más bolivianos occidentales, ante el clamoroso reclamo de falta de gestión: despachar. A cada civilización su propio sistema político y de gestión. A Goni, haciendo de Jilacata, también lo hubieran echado.

[28] Para más detalle consultar: Flavio Josefo, Antigüedades judías. Madrid: Akal Clásica, 2 vols, 2002.

[29] Véase: Marcel Simon, Les sectes juives au temps de Jésus, Paris: Presses Universitaires de France, 1960.

 

[30] Florentino, García Martínez, (editor y traductor); Textos de Qumrán: Madrid: Editorial Trotta, 1992.

[31] Hugh J Schonfield, El Enigma de los Esenios: los orígenes del cristianismo y el misterio del verdadero maestro. Madrid: EDAF, 2005.

[32] Véase mi Diarquía. Nuevo paradigma, diálogo de civilizaciones y Asamblea Constituyente. La Paz: Garza Azul Editores, 2006.

[33] Chakana proviene del verbo chakay que significa cruzar, trancar la puerta o entrada; el sufijo obligativo –na, añadido a un radical verbal, le convierte en sustantivo. Chakana, por tanto, es el cruce, la transición entre dos polaridades, el puente entre dos espacios opuestos, el nexo entre dos dimensiones antagónicas. Chaka también significa pierna o muslo: el puente descansa sobre dos piernas, dos pilares.

 

[34] Véase mi “Chakana: la interfase amerindia para dialogar con el Monoteísmo occidental”, en: Mirar con los dos ojos. La Paz: Garza Azul Editores, 2006, 95-110.

[35] Comunicación de Jorge Miranda, autor de La puerta del Sol. Cosmología y simbolismo andino. La Paz: Garza Azul Editores, 1991.

[36] Me inspiro y sigo a Javier Roiz, Sociedad vigilante y mundo judío en la concepción del Estado. Madrid: Editorial Complutense, 2008.

[37] La visión de la salud, del médico Maimónides, la puedo resumir en: vivir alegres, estar tranquilos para contemplar la belleza del mundo, comer sano, rico y vaciar regularmente el estómago y moverse: pasear y hacer gimnasia. Cf. Hiljot Deot: Sobre las conductas humanas, en Obras filosóficas y morales. Barcelona: Ediciones Obelisco, 2006.

[38] Fue forzado a aceptar el Islam. Sobre esa amarga experiencia escribió dos famosas cartas: Epístola sobre la apostasía y Epístola del Yemen. Ver: Carlos del Valle Rodríguez, Cartas y Testamentos de Maimónides, 1138-1204. Córdova: Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdova, 1989, 114-138.

[39] Najmánides, Disputa de Barcelona de 1263 entre Mestre Mossé de Girona i Fra Pau Cristià. Traducción al catalán de los textos hebreos y latinos de Eduard Feliu con un “Estudi introductori” de Jaume Riera i Dans. Barcelona: La Columna, 1985

[40] Emilio Gonzalez Ferrín, Historia general de Al Ándalus. Córdova: Ediciones Almuzara, 2006.

[41]. Véase: Steven Greenberg, Wrestling with God and men: homosexuality in the Jewish tradition. Univiversity of Wisconsin Press. 2005. Así mismo: Norman Roth, «My Beloved is Like a Gazelle: Imagery of the Beloved Boy in Hebrew Religious Poetry», en: Hebrew Annual Review, 1984, 143-165.

 

[42] Dada la importancia de este malentendido, sugiero leer “El Quid pro quo histórico” de Dominique Temple, en: Teoría de la Reciprocidad. Tomo III: El frente de civilización. La Paz: GTZ-padep, 2003, 17-161.

[43] Javier Medina, Repensar Bolivia. Cicatrices de un viaje hacia sí mismo, 1972-1992. La Paz, HISBOL, 1992:15-26.

[44] Véase mi artículo: “Qué es lo andino?” En: Fe y Pueblo. III (1986)51-54.

[45] Filemón Escobar vuelve a retomar la idea en: De la Revolución al Pachakuti. El aprendizaje del respeto Recíproco entre blancos e indianos. La Paz. Garza AZUL editores, 2008.

[46] Cf. Jacques Attali, 1492. Paris: Fayard, 1992

[47] Véanse los 8 Cuadernos, El Acontecer, de Javier Reyes. La Paz: 1975-2008, edición del autor.

[48] Véase, Xavier Albó, Pepe H, José Fernández de Henestrosa desde su altiplano exterior e interior. La Paz: edición del Obispado de El Alto y la Compañía de Jesús, 2009.

[49] Cf. Javier Hurtado, El Katarismo. La Paz: HISBOL, 1986.

[50] Esta red se expresa, operativamente, en el Grupo de Desarrollo Rural, G-DRU. Información cuantitativa en: http://www.gdru.org.bo; cualitativa en la memoria del Diálogo 2000, dirigida por Carlos Caraffa, Lucha contra la pobreza: entre la deliberación y el tiku. La Paz: Diálogo Nacional, 2000.

[51] Información a detalle en: Javier Medina, Del alivio a la pobreza al desarrollo humano. Buscando la Bolivia del próximo milenio. La Paz: HISBOL, 1994.

[52] Información a detalle: Javier Medina, Poderes locales. Implementando la Bolivia del próximo milenio. Protocolos de gestión de un Subsecretario. La Paz: FIA / Semilla /CEBIAE, 1997. Así mismo: Javier Medina, Manifiesto municipalista. Por una Democracia Participativa Municipal. La Paz: G-DRU, 2001; también: Javier Medina, La vía municipal hacia la Vida Buena. La Paz: FAM / GTZ-padep, 2002.

[53] Véase Javier Medina, Repensar la “pobreza” en una sociedad no occidental. La Paz, Ministerio de Hacienda, 2000

[54] Javier Medina, editor, Municipio Indígena. La Paz: FAM / GTZ-padep, 2001

[55] Javier Medina, editor, Suma Qamaña. La comprensión indígena de la Buena Vida. La Paz: FAM / GTZ-padep, 2001; Ñande Reko. La comprensión guaraní de la Vida Buena. La Paz: FAM / GTZ-padep, 2002.

[56] El debate de por qué no ha sido posible un proceso de industrialización y modernización en Bolivia, hasta donde se, se abre con los siguientes textos: Javier Medina, Para una crítica epistemológica del marxismo. Ámsterdam, paper, 1983; Javier Medina, Ni Marx ni menos. Dos notas a propósito de la tesis socialista de la COB. La Paz: Ediciones del tigre de papel, 1984; Javier Medina, La concepción occidental del desarrollo, escrito en agosto de 1988, y publicado en Ultima Hora, el 14 de marzo de 1990. Justamente, ante esa imposibilidad demostrada desde 1825, se abre la vía del Suma Qamaña, como alternativa a un Desarrollismo de estado larvario, por razones culturales. Volver a intentarlo en el siglo XXI es anacrónico y los resultados negativos ya están a la vista: el no funcionamiento de las fábricas estatales. Cf. Iván Arias, El estado de las empresas del Estado. La Paz: Fundación Milenio, 2011.

[57] Me refiero a Carlos Romero, Carlos Böhrt, Raul Peñaranda: Del conflicto al diálogo. Memorias del acuerdo constitucional. La Paz: FES /NIMD /fBDM, 2009.

[58] Véase mi “Yanantin. La Paridad” en: Mirar con los dos ojos, 151-162.

[59] Todo el passus 6.54, del Tractatus, es pertinente para mi discurso sobre lo andino: “Mis proposiciones son esclarecedoras de este modo; que quien me comprende acaba por reconocer que carecen de sentido, siempre que el que comprenda haya salido a través de ellas fuera de ellas. (Debe pues, por así decirlo, tirar la escalera después de haber subido). Debe superar estas proposiciones; entonces tiene la justa visión del mundo”.

 

[60] Un fractal es un objeto semi geométrico cuya estructura básica, fragmentada o irregular, se repite a diferentes escalas. El término deriva del latín fractus, que significa quebrado o fracturado.

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